domingo, 23 de septiembre de 2012

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 22-09-2012




GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 89, 20- 09-2012
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

Dibujos: Miguel Oscar Menassa

 FUERTE EL VIENTO


He enterrado las silabas que habían muerto,
llamado fuerte al viento.
Quiero recordar mi acento,
el patíbulo donde crecen mis palabras;
hay amor y mi mano alcanza un esternón.

El latido se ha acostado,
no quiere ya volver sobre el pulso,
semántico navegador,
cuerpo de utilidad precaria
que atolondra, ineficaz,
sobre lo vivo, el cuerpo de sangre
que no murió,
la piel que se esparce
que te ve debajo del tapiz
que vislumbra tus alas
que escucha las trompetas,
-          ¡Hay amanecer en treinta minutos!
-          ¡Hay un diptongo que aplaude sin cesar!

Mi mano ya no es una mano,
es una posada,
un estribillo del aire
un borboteo  que sigue al movimiento.

Clémence Loonis

 “Moviendo en sus cristales un finísimo paisaje de alamillos a punto de cantar, iluminado de hojas” Rafael Alberti
En el vaivén de las horas, una alondra
circula a sus anchas por un paisaje suburbano.
Enredada en sueños de oruga
plasmo sobre tu piel
el huracán de las transformaciones.
La espada cae sobre la arena
y el toro girando sobre sí mismo
desaparece de la plaza.
El sol de las catedrales ilumina las horas
con sus colores sonoros.
El corazón de papel recorta
abruptos caudales derramándose
y distribuye con buena letra
el dorado resplandor de la tarde.
Aplausos sobre las gradas,
cambiamos de escenario.
Con las bocas abiertas
descubrimos un horizonte
de puntos suspensivos
cada mañana.

Cruz González Cardeñosa

 VUELO SOLO ENTRE MIS RECUERDOS

En la meseta castellana los recuerdos se mueren de sed.

La voz de abuela acarrea entre las espigas del estío
mensajes de guerra:
la realidad del ciprés cimbreando la noche
cruje sombras en los nichos huecos de carne,
esperando disfrazada de viuda los despojos de la muerte.

Ella, señora de altillos atusaba su negra melena de libertad
y abanicando el torso ceñido a la magia de la cintura
hilaba sobre las huellas del suelo el compás de la ilusión.

Vuelo solo entre mis recuerdos:
cuando los aviones…. abuelo no dormía,
tejía paños verdes para camuflarse de vegetal en el bosque.

Y cuando llegó la carta de América su frente envejeció de súbito
las manos de papel temblaron por no enfurecer a las estrellas
que los niños cantaban en el patio. Sólo la parra…escuchó el llanto.

Vuela ahora el juego del triple tirabuzón jugando con las nubes
estas prímulas que tararean mis labios, solo de noche, en tu valle.

La voz del horror acarrea mensajes de guerra:
tapicé las paredes de poemas,
ubiqué sacos de centeno en las trincheras y esperé…
Hoy, el otoño, anuncia lluvia.

Carlos Fernández  
 A PLENA PENUMBRA
¿Habéis sentido como yo la vida
Cuando pulpejo con pulpejo bate el latido
a la velocidad exacta que dictan los ventrículos?
O como crecen como opalinos cuarzos
las uñas enterradas en las preciosas yemas
cuando la sangre pasa en su remanso de redes capilares
y cede generosa, el agua y los nutrientes.
¿Habéis sentido como yo la vida
cuándo los diestros jugos,
en sutiles maquinarias engranados
deshacen alimentos cocinados
por hembras amantísimas?
¿Escucháis el trabajo silencioso
de esos obreros íntimos surtiendo prolactinas
y fragmentando azúcares en valiosos carbonos?
¿Pero cuál el motor que mueve todo esto?
Ese aliento vital que buscaran antaño
ecuánimes científicos?
¿Cuál sino el deseo, que agita, como titán atlántico
esta masa de células, instilándoles vida?

Alejandra Menassa 

QUE NO SE SEPA QUIEN ES EL AMOR


Es un sueño ligero

el que reina
sobre incesantes moradas
sin nombre,
disperso jardín
que el viento amontona.

Acaso, haya vivido en penumbras
murmullos de agua
prolongando músicas,
remotas y envolventes.

Allí el cuerpo se alza como cifra exacta,
abre compuertas y borra huellas,
señales de tiempo.

Que no se sepa quién es el amor,
armonías sostenidas en redobles:
tierra de nadie.

Jaime Kozak



TARDE DE OTOÑO
 Cae sobre la arena el brillo de la tarde.
Vuestras manos vacías,  que  invocan saltos de poder
rompieron la baraja pero seguimos jugando
 alentados por los redobles de un sordo clamor.
Borraron las huellas de los frágiles pasos que sostenían
nuestro  camino que zigzagueaba, esquivando tropiezos.
Nos quitaron el pan y seguimos amasando trigo.
Negaron la humanidad, con la condena de sórdidos silencios,
cercenaron las palabras y nuestra mudez estalló en bramidos al viento,
huracanes que crecían esparciendo versos. 
que fueron produciendo bocas parlantes.
y escribimos en las paredes,
 hicimos versos con imágenes donde romper la maldición.

Pilar Rojas.




EL TIEMPO TRANSCURRÍA LENTO PARA NOSOTROS

La humedad impregnaba el espacio y su piel de almendra tersa era el camino abrupto de la noche por el que se escapaba el alba para alcanzar el cielo.  Solía esperar al borde de la cama con una alegría cruel en la mirada, a ser despertado por el sol, o por alguna mujer que se animara a agitar delicadamente los cabellos sobre su hombro,  o pronunciara su nombre, o le besara con pasión los labios entre abiertos, cada vez diferente, sin esperanzas, sin hoja de ruta, en velero solitario hacia un rumbo fijo en el horizonte que no era fin ni destino, más si certeza. 
Nos mostraba lo intocable, inalcanzable e insobornable de la nada, y mientras, a su alrededor, altas mareas, tormentas enloquecidas, arrebatados bosques y brillos incalculables de perlas en la orilla del mar.  Llegaba siempre temprano a casa con la esperanza de encontrarla desnuda, dentro de las sábanas los días de lluvia.  Acabar con sus ilusiones era algo que realmente anhelaba, convertirse en el viento que azota la tarde ámbar donde cruje un puerto y agitar la marea sin miedo, en velero de papel, transatlántico del mundo donde aguarda silenciosa la luz de la luna, y los tesoros claman por ser despertados de su mohoso y pedregal delirio.
Sabía convocar a la muerte solo para entregarse al punto que diera fin al sueño.

Susana Lorente

  
A PLENA PENUMBRA QUE NO SE SEPA QUIÉN ES EL AMOR.

Un llanto, con aroma a recuerdo,
interroga mis palabras en un querer distraído,
que caprichoso, brota  donde el silencio,
arranca en un beso
el sabor de los secretos.
Levemente,
las bocas deshabitadas
conversan con la violencia de unos brazos
confundidos en la lentitud de la niebla.

El viento se apodera de las huellas
que la noche envolvió
en los límites de un abismo,
abierto en los márgenes
de las palabras desplegadas
en alas de la desnudez.

La tarde pasa confundida
la sombra se esconde en el revés de mi piel.
Visito las huellas,
que impasibles tatúan límites en el abismo.

El horizonte cae diluido en el lado oculto de la mirada.


Soledad Caballero Castro
  

VUELO SOLO ENTRE MIS RECUERDOS

Entre los párpados,
inmóvil de olvido, vuelo
con la leve fragancia de la hierbabuena
ocultando un cuerpo
mis labios en la distancia
de un amanecer.
- bajo de una piel sembrada
de crisoles
abiertos entre cinturas retadoras. -
Contemplando las palabras
que se rompen entre los dedos,
el mar que las estatuas
dejar a la deriva
de las conspiraciones,
lenguas sin vida
se van hundiendo en la noche
las  trémulas caricias,
embriagadas de nombres sin pronunciar.


Soledad Caballero Castro

LA MIRADA DEL TIEMPO

Macilentas iniciativas coartan mi pensamiento:
¿cuándo amainó el temporal en nuestras vidas?

¿Cuándo la razón intervino, presa del pánico,
en airadas estratagemas de la locura?

Repercutir entramados sin atmósfera propia
era nuestro destino, en singular atropello,
desgarrado sentir de ínfulas agonizantes.

Después, erizado el velo de la conquista,
retorno a útiles cotidianos, necesarios,
y sostengo la mirada, indecible, del tiempo.


Carmen Salamanca
 LA SORPRESA
A M.O.M. en su 72 cumpleaños

Quise soñar, y te encontré.

Bajo cábalas indiscriminadas,
redondeando argumentos
al borde de algún milagro,
resurgías, ¡oh dédalo empecinado!
traspasando rutas y recuerdos
en el borde de la piel.

Urgabas, con tu anillo
de brotes y cosechas,
el alma inmarcesible del hombre.

No hubo zancadillas ni entuertos,
no brillaron los metales
cuando el amanecer te sorprendía
en plena inocencia.

Después, quisiste que mis manos
labraran algún porvenir,
algún destino para mi sorpresa.

Carmen Salamanca
 A PLENA PENUMBRA QUE NO SE SEPA QUIEN ES EL AMOR


La penumbra del amor ha invadido la mirada,
el tacto de los ojos se ha hecho mudo
al aroma inconfundible de los misterios de la noche,
esta mañana el sol seguirá durmiendo.

Un ciego amor, revolotea con extrema torpeza
las leyendas más antiguas del hombre,
que se estremece acobardado
en los rincones negros del mudo corazón.

Magdalena Salamanca 
 VUELO SOLO ENTRE MIS RECUERDOS

Entre los recuerdos,
la soledad ejecuta triunfos acorazados,
malsonantes acordes de un pasado inexistente
que se vierte en los alambiques de la desidia.

El miedo desnuda el ansia por la vida
cuando ellos, disfrazan de presente la realidad,
desvirtuando la mirada.

Parpadea la memoria con precisa aquiescencia entre
el latido de lo vivo y la ausencia, silenciosa, de lo muerto.



Magdalena Salamanca
 MÁSCARAS

Ya ves, todo fue mentira.
Entre los bastidores mientras nos desvestíamos
los trajes decolgábanse solos de las perchas antiguas
y adorables cuerpos prestados querían nuestros cuerpos,
transformados ahora en carátulas grotescas,
detrás de las cuales una música sola, metida para adentro
adormecía al muerto de hambre
sepultado en  un universo de signos y miradas.
Hay un juego de espejos superpuestos que cuando hacen foco
son nieblas pasajeras, casi nada,  punto donde agonizan los límites
y la presencia de tanta ausencia desmedida pide su traducción en un poema.

El tiempo desparrama en el aire el peso del presente,
el futuro pierde la pesadumbre del pasado,
y el giro que pasa y pasa
no puede completar la vuelta que nunca cerrará,
que nunca será inmóvil.

El juego de las contradicciones multiplica realidades y
cada escena lleva en sí a la siguiente
y la perplejidad se imprime en ojos espantados,
mientras estallan tiempos nuevos
rompiendo la unidad de los fragmentos
y una diversidad incoherente encierra pompas de jabón
donde lo irremediable  se abre.

Cuando el dolor crispa las voces,
una voluntad de simplicidad invade máscaras que pierden el sentido,
llega el tiempo de la letanía y la oscuridad
se llena de espacios en blanco que son las interrogaciones necesarias
para romper parejas de significaciones en conflicto
donde la realidad pierde su nombre
y un sentimiento casi animal hace irrisoria la historia de las máscaras
y todo huele mal, a fermentos estéticos de descripciones falsas, alteradas.

Vida y muerte se amalgaman como sustancia de toda nuestra vida
y las visiones encontradas no son las experiencias que vivimos,
ha quedado siempre afuera la unidad tenazmente soñada
y hay un desgarramiento del hombre en su existencia.

Ya ves, qué hay que buscar en la perforación del hueco
sino una veladura,
un manto de silencios ocultando otro manto de silencio,
una aproximación a la mentira.

Norma Menassa


 A PLENA PENUMBRA, QUE NO SE SEPA QUIEN ES EL AMOR


Vendrá la noche en poco tiempo más y a plena penumbra,
no sabremos quien es el amor,
que lento como el crecimiento de las espigas en el campo,
espera la voluptuosidad de la luz,
que al alba será fruta madura, mujer toda para mí,
y besará mi alma,
entre los cielos de un corazón que inventa esta ternura,
como si fuera un monstruo a punto de matar.
Hablaba de ti amor mío,
y sentía la sangre que corría lenta por mis venas.
Hablaba de ti,
y la calandria volvía nuevamente a cantar en nuestra puerta,
para nosotros dos, pero ninguno se dio cuenta.
Hablaba de ti,
y escuchaba cantar al gallo sereno en las mañanas,
gozando de la plenitud de haber llegado de pie al nuevo día.
La huerta hamacaba sus cálidos colores,
y como una niña austera de verdades,
cumplía con sus sueños,
por solo mirar cada día más lejos,
cerca de todos los imposibles, que nos conmovieron.
Subíamos al puente y desde ahí,
nos convencíamos mutuamente de que nuestra vida,
era esperar una vez más, la penunbra conocida,
para que el vino nocturno no se entone
con nuestras ansias por perder.
Lúcida melodía que el poeta esperaba
para que nadie sepa nunca quien es el amor,
si ella o yo, o el alba, o la noche serena cuando llega,
o el perfume del rocío al comenzar las mañanas.
Al final la penumbra nos nombraba a ambos,
y hacíamos el amor como si estuviésemos autorizados,
a gozar, por siempre juntos,
y nada, ni nadie podría separarnos.
Un amor que siempre nos pertenecia,
lucía por las noches fervorosamente, a nuestro lado.

Lucía Serrano.


VUELO SOLO, ENTRE MIS RECUERDOS….

Jaén, parada de carabanas, en Andalucía,
donde los moros vivían de nosotros,
y nosotros de ellos, por solo tener entre las horas,
los recuerdos mas bellos de la infancia,
y cantábamos juntos para beber un porvenir
inesperado y audaz,
y también para tener hambre de esa soledad
que tanto reclamábamos en silencio.
No vino el héroe a proponernos majestuosos
palacios, ni tampoco fuimos nosotros,
vino la alegría conocida de Jaén,
y aceptamos esa vibración imaginaria.
Al borde de cualquier precipicio,
pensábamos en ella y nos salvábamos,
de cualquier hombre o mujer, que solo
estuviese en el mundo para no ver,
para no pensar, no sentir, no vibrar como ellos.
Ni el hierro, ni el herrero construyeron
las escaleras que subimos aquel día,
al caer la tarde,en Andalucía.

 LUCIA SERRANO

QUERIDO MAESTRO:

Con sólo apretar un botón, con un solo clic, saltas de la pantalla y te instalas en mi casa.
Nadie tiene, nadie tuvo tanto fulgor, tanta fuerza de raíz, tanta luz de antorcha, como tiene tu escritura.
Pasaron días nuevos , en los que no pude un solo verso, pasaron días viejos en los que tampoco manché la hoja blanca, con ningún color. Pero Ella insiste, Ella empuja , no se cansa de insistir.
Hoy, en este día nuevo, Ella viene, se instala en la memoria. Ella con los fusiles de la guerra, con la sangre de la guerra, con la sangre de la guerra y con el mar de lágrimas de la guerra. Mar de la guerra con fauces extrañas que estremecen, aniquilan, horadan, arrancan inesperadas fieras sueltas, hambre trocada en esperanza con alas de cóndor, cadáveres en el revoltijo azulgrana.
Hasta urticaria se instaló en mi mano derecha para que demore estas líneas.
Ojalá que ningún huracán, ninguna tempestad, que no se la de Beethoven , barran esta infinidad de estremecimientos que producen tu escritura, tu pintura, tu cine, tu ciencia.
Con todo lo dicho en renglones precedentes, siempre galopas, incansable vienes, en cada frase, en cada gesto, en cada silencio, en cada palabra.
Y para terminar: soy una militante, aprendiz en el camino de las altas cumbres, para que nadie se llame a silencio, para que nadie silencie tu CERO, para que nada borre la terquedad de lo vivido, queriendo ser canción como dices, como lo dice tu rostro con sus cien gestos de sabiduría.
Por la Poesía, porque lo nuevo es mudo, por la libertad y el amor y “porque si es posible el poema es posible la vida: Feliz cumpleaños Maestro Miguel Oscar Menassa.


Rosalba Pelle.

ARDÍA ENTRE LA LUJURIA 

Ardía entre la lujuria de dos siglos
como nadie hasta entonces había ardido.
Su tristeza era ajena y propia, sin alteraciones.
Árbitro de sus decisiones rodaba como pelota
sobre artificioso césped y borraba sus pasos
cada vez que otros cuerpos derrotaban
su destino de osamenta delatada por la tierra.
Vivía encerrada en preguntas incomparables
y en respuestas sumariamente ligeras de cascos.

Quería romper la vida para conocer sus entrañas,
roer la muerte para paladear su frío junto al fuego.
Rendida ante la potestad de la palabra inventó
la seguridad alada del testimonio del testigo.

Amelia Díez Cuesta