miércoles, 4 de abril de 2012

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 31-03-2012







GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 88, 31- 03-2012
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

Dibujos: Miguel Oscar Menassa






QUIERO ESCRIBIR MEJOR QUE EL COORDINADOR Y NO PUEDO ESCRIBIR NADA.

Me invade un dolor como de existir cuando niego la conquista de lo desconocido. Una sola renuncia, una renuncia y, el mundo, todo él, puede ocultarse para surgir distinto y nuevo.

Palpitación desnuda de silencios que se abre como una compuerta desintegrando lo ya dicho. ¡Siéntelo! Vive la aventura, escribe, y todas las luces se dirigirán al centro de la pureza. Perfecta consagración de lo divino y lo terreno.

El cielo de la habitación se tiñe de tormentosas vibraciones, mientras un cuerpo septentrional, ruge con la fuerza de sus vientos guiándome hace el abismo.

¡Nunca podré! mis manos nunca entonarán su canto como tú.

Es verdad, dijiste apaciguando las olas del mar, pero quizá ella te toque con suave caricia y se deshaga en contoneos distintos.

¡No, no, no debo hacerlo! Nunca nadie saltó al eterno precipicio, ellos me quieren, sin devaneos, sin colores, sin belleza en la mirada.

La luz poética ciega la profanación, ellos manejan las embarcaciones más lujosas, crearán polimorfismos descomunales que deslumbren la llama de la palabra.

Pero la poesía, tenaz, naciente, es cómplice de la muerte. Unidas en abrazo cósmico hasta el final del poema, develan en el camino sentencias. Cataratas con infinitos mensajes para el mar, llanuras donde sentimientos fósiles conservan las huellas de la humanidad.

Quiero vivir la suerte que me encuentra cada mañana, cuando el sol, toca mi piel, a través de la ventana.

Magdalena Salamanca


QUIERO ESCRIBIR MEJOR QUE EL COORDINADOR
Y NO ESCRIBO NADA

Rasgué los clamores de la piel.
Pregunté al amor.
Invadí mi propio silencio.

Plantada contra la noche
reté a la muerte.

Mas su versos incorruptibles atravesaban los cielos
rebotaban sobre mi alma.

Sacudí el polvo de mi alma.

Rompí  lazos sagrados que sostienen el tiempo.
Gateé al alba sobre los recuerdos de la noche
mas sus versos seguían flotando sobre el horizonte
iluminando las tinieblas.

Lancé un grito al cielo
y en la caída,  estrepitosa,
                                            brotó mi primer verso.


Claire Deloupy



QUIERO ESCRIBIR MEJOR QUE EL CORRDINADOR Y NO ESCRIBO NADA

Un oleaje cruzado, me hunde en la noche
para tenderme en el reverso
de este silencio que me acecha .

Juego a mundos remotos para desordenar la caricias
que el insomnio arranca a las horas amordazadas.

Inquieta, entre la nostalgia,
el alma me interroga.
Versos de abismo con promesas de un exilio imposible
planean con la certeza de un horizonte precipitado.

Y al amanecer, aún tendida entre historias de azar
y con el blanco crujir de estas manos sedientas
vibrando para fundirse en conjunciones imposibles,
despido a los fantasmas
y vencida me abandono,
con el vértigo de la sangre presagiando pasiones
que atraviesen la fatiga de la quietud
hasta caer en la orilla de los versos.

Soledad Caballero.
  COMO NO PUEDO ESCRIBIR COMO EL COORDINADOR NO ESCRIBO

Gota de eternidad del laberinto de las sombras
al paso del imperio, una estructura
blanda, órgano atroz,
imantado a nuestra propia cabeza,
es canto de los vagabundos.

Miente indiscriminadamente en los aranceles
y promulga tiempos desmedidos en su llanto de fuego,
como sonrisas en las flores
que esta noche un tumulto ha cargado
de ironía estanca.

Poesía que va y que viene.
de forma matemática.

 Muero geográfiamente,
donde no me pertenecía
(¿llanto de las sombras
o quejido insidioso?)
este calibre humano.
a la distancia del bullicio.

Es mi propia voz  que escapa
de un odio de gloria, y su crisálida de soledad.

Virginia Valdominos
 Cazador del Tiempo


A tu espalda ríos de luz se alzan bramando
en este banco de lejanía, nada arrebata al destino su lucha,
corres abriendo la vereda a la bruma
reposando el sol en una nube que vela los corazones
cuando la sombra repliega sus alas a la tarde.

El tiempo anida en una red invisible en tu lecho
como una corriente marítima que une todo lo que separa a las estrellas,
extiendes la brisa del verano hacia fronteras navegables,
y todo queda y nada queda en tu red de segundos habitables,
en tu brazo extendido al silencio.

Existe un monte en que los sueños anhelan su ingravided
una hoja cuyo sepulcro es el olvido del cielo.


Susana Lorente Gómez



QUIERO ESCRIBIR MEJOR QUE EL COORDINADOR
Y NO ESCRIBO NADA

“Sistema poeta, sistema,
comienza contando piedras,
y acabarás contando estrellas”
León Felipe


Ambiciono el dulce rubor
que destilan sus palabras.
Cíclope voraz,
siembro de quejas
esta sombra amarga,
esta penuria sin tiempo,
el delirio embriagador
con que anego
las grandes avenidas
por donde el poeta pasa.

Si creyera en el trabajo,
si supiera que contando piedras
alguna estrella alcanzará mi número,
como un rayo enciende
el fuego que duerme
en el árbol derribado,
tal vez, entonces, podría decir:
“yo he dado un paso en el camino
que tu sombra me señala.”


Ruy Henríquez
31 de marzo de 2012

QUIERO ESCRIBIR MEJOR QUE EL COORDINADOR Y NO PUEDO NADA

Gira la noche buscando la palabra hechicera
el imposible triunfo del vuelo….en el trance
tenazas de moral oxidadas aprisionan los brazos en cada intento,
secuestran mis manos, congelan los dedos… y no puedo nada.

Descentro el cerebro del verbo y la frente fija
la inmundicia en sus manos…manos trabajadas por el humo
se nota por los nudillos de aroma septentrional
nudillos de circunloquio con tendones de saludo y orquesta.

El dorso de sus manos es cristalino como el sol de otoño
dulce y fácilmente descifrable, responde de compás al fleco
de la falta o al lomo de un pura sangre en su trote de pentagrama.

La palma de sus manos la conozco: ofrece el poeta dedos de espuma
en la llegada de la brisa marina, en la bienvenida de la rúbrica
en cada frágil adiós de las naves en el destierro,
y en la última lágrima del desconsuelo.

El alcance de sus manos es pensamiento en vuelo y, una quimera
mejorar el surco universal y singular en el alma del cielo.
Carlos Fernández




CAZADOR DEL TIEMPO
Flotan verdades de tu indiferencia
y se funden los aromas de mi isla verde,
el jazminero está lleno de flores
y las rosas acompañan mi mesa diariamente.
Ya no están los sucios amores,
que descansan serenos, en tumbas
que nadie visita,
y cualquier sarcasmo
gobierna la lengua inaudible
de los muertos vivos.
El color de la noche,
hace que las curvas del camino,
acompañen los pasos próximos,
y la luz de la luna
dibuja una silueta nueva,
vestida de mil colores.
Es el cazador del tiempo.
Todos los instantes siguientes,
dejarán de empañarse con la amorfa
y antigua imagen de un ser desprotegido,
que no tiene más tiempo,
y sólo lo acompañan tristes olvidos.
Debajo del farol de esta calle antigua
Iiuminada para verlo llegar a mi manera,
espero al cazador del tiempo,
y haremos juntos todas las fogatas necesarias,
para ver arder el cuerpo de los muertos.

Lucía Serrano