sábado, 27 de febrero de 2010

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18 H



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 45 - 27/02/10
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


HEMOS RECIBIDO LOS SIGUIENTES APOYOS A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010




Cuadro: Miniatura esencial. Miguel Menassa


“LA POESÍA Y YO” DE MIGUEL OSCAR MENASSA (I)



Poemario publicado en 2000 recoge la escritura y el pensamiento del poeta Miguel Oscar Menassa en unos poemas que se presentan anudados en un trabajo desarrollado a lo largo de veinte años atrás.

La impronta de su escritura aparece nada más empezar la lectura de los primeros versos del texto:
“nada sé/ de la magia que transforma/ mi propia carne en versos”
donde el poeta y el que escribe son sujetos diferentes de la escritura.

Poeta de la realidad escribe el poema “La muerte me acompaña” algo que el hombre piensa que le pasa a otros.

Define el amor con la sutileza y el fino perfume de alguien que lo ha estudiado durante toda su vida: “amor no sabe nada de la vida/ es una carne abierta/ a las palabras más pequeñas”.
El amor es una construcción, una conversación que Menassa es capaz de plasmar en una página en blanco sin esperar respuesta.

“La poesía y yo” es un diálogo permanente con Ella, la Poesía. Presente en todo momento, el poeta escribe:
“En plena noche/ Ella sigue siendo mi luz/ y descansar me parece/ absurdo en su presencia”.
Y desnudo, ante Ella, le confiesa: “Ví como los perfiles del tiempo/ se posaban levemente en mi piel/ dejando su marca”.

Despojado de toda angustia escribe con la libertad de quien encadena una palabra con otra, un verso con otro, para escribir un profundo poema “La muerte del hombre” cuyo final resulta categórico: “Un poeta asesinó su hombre/ para escribir este poema/ y eso/ es un hombre”.

Va desgranando, poco a poco, la condición de lo que debe ser un hombre. Nos dice en su poema “La Sabiduría”: “temblar/ es lo que necesita el hombre/ para vivir”.

Le habla al hombre de la Poesía: “la poesía/ desea en nuestro amor/ una música/ fuera del alcance de la imagen”.

Utiliza la pluma con la precisión del cirujano que realiza una incisión en la carne humana: “Sabemos que el hombre/ no deja de llorar/ por el hombre./ Desde hace unos siglos/ todo le sale mal”.
Para más tarde sentenciar en unos versos de su poema “He atentado contra todo”: “He atentado contra todo y no ha servido/ He aceptado todo y tampoco ha servido/ Volar/ y volaba más alto que las nubes/ Morir/ y me hundía las manos en el vientre/ y me arrancaba el corazón/ Después alguien murmuraría:/ hubiese sido mejor de otra manera”.

Buscador constante de nuevas formas de expresión, despoja de la mordaza al pensamiento para escribir:
“Esta vez, me tocaba alejarme de mí mismo. Cada mirada era mi mirada. Cada palabra era mi voz”.

Bellas pinceladas de color pintan estos versos que bien valen un Nobel de Literatura.


Cuadro: Sueños del atardecer. Miguel Menassa


LA MAESTRÍA Y YO DE MIGUEL OSCAR MENASSA

Según el diccionario de la RAE, la maestría es el arte o destreza de enseñar. Nos dice Albert Einstein que el arte supremo del maestro es despertar el placer de la expresión creativa y el conocimiento. Sin la Poesía y el Psicoanálisis: sin la creación y el saber, no sería posible esta maestría que se despliega en el libro La maestría y yo, de Miguel Oscar Menassa.
La formación es una preocupación ancestral, ya los mesopotámicos, 2000 años a.c, grababan en tablas de piedra algunos de los preceptos médicos de la época como parte de la enseñanza de la Medicina. Si hablamos de psicoanálisis, Freud se ocupó desde los inicios de la teoría Psicoanalítica de la cuestión de la formación y Lacan también hizo especial hincapié en la transmisión del psicoanálisis. Este libro es una contribución más a la comprensión de la función del maestro. Ya nos decía Unamuno que “es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos”. Esto hace a la escritura fundamental en la transmisión de cualquier disciplina.
Estamos en épocas oscuras, en este momento casi nadie se aviene a formar a casi nadie, no hay muchos que quieran ocupar el lugar de líder de un discurso, de maestro. Menassa se presta, es un maestro que ha dedicado su vida a la Fundación de una Escuela de Psicoanálisis y Poesía y por tanto, a la formación de poetas y psicoanalistas, pintores y últimamente actores. Y la formación de otros es un acto de generosidad, es un acto de amor.
Menassa nos dice en el libro que la función del maestro tiene que ver con transportar a los discípulos desde los confines quietos de la familia, hasta las puertas en libertad del mundo, y después, dejarlos partir.
Lo grupal, el grupo como máquina productora de sujetos: psicoanalistas, poetas, pintores, escritores, está siempre presentes en la escritura de Menassa, de hecho, la palabra Grupo forma parte del nombre de la Escuela fundada por él: Grupo Cero. En este sentido, nos advierte que vivir acompañado no es un consejo, es la única manera de vivir.
La maestría y yo es un libro para la vida. Rescato una frase del comienzo: “al cumplir los 62 años, quiero confesarme adicto al cruel vivir”. No en vano, nos había amenazado varias veces el poeta en sus escritos con vivir 200 años.
En la contraportada del libro reza la leyenda: Miguel Oscar Menassa nació y escribió y, como ustedes saben: “Si es posible el poema, es posible la vida”. Y ahora cada uno tendrá que hacer el trabajo de tender su ropa en las cuerdas de esas palabras, de ahuecar la almohada de esas letras, de mirar por las ventanas de ese saber escrito, de vivir en esa casa que propone el poeta y que son sus palabras.
Desde las páginas de la Maestría y yo, el maestro, nos habla y nos da al menos tres enseñanzas:
Las enseñanza más necesaria: En una sociedad justa el trabajo es un don, la enseñanza más grande: El sexo no cae y la enseñanza más bella: La poesía no se enamora nunca.
El poeta nos va a desplegar estas frases durante la lectura de sus poemas, donde nos habla de la vejez, de la poesía, del amor, del goce, del sexo, del deseo, del trabajo, del dinero, todo ello desde la posición de un maestro. Alguien comprometido con un pensamiento, que se ha forjado en él y que restituye su deuda simbólica permitiendo el legado de la antorcha de su sabiduría al que esté dispuesto a hacer el trabajo de tomar el testigo.

Es un bello objeto este libro. Editado por la Editorial Grupo Cero, las fotos de la contraportada son de Carmen Salamanca, y muestran que el maestro todo trabajo lo hace con pasión, es evidente que el sexo no cae. Está dando una clase de la Escuela Superior de Arte Dramático Grupo Cero. El dibujo de la contraportada: varios rostros que se entrelazan verticalmente, como configurando un cuerpo, también es del autor del libro y parece decirnos: con otros, con poesía, con psicoanálisis, con trabajo, con pasión. Ingredientes indispensables para el pensamiento de este autor.


Cuadro: Las flores del mal. Miguel Menassa

COMENTARIO DE AFORISMOS Y DECIRES
de Miguel Oscar Menassa

La mayor muestra de respeto que un autor puede darle a su público es no ofrecerle nunca lo que éste espera, sino lo que él mismo, en las diversas etapas de la formación propia y ajena, considere justo y provechoso. J. W. Von Goethe.

M. O. Menassa es, fundamentalmente, poeta, aunque su obra incluye también otros géneros: texto científico (psicoanálisis), novela, ensayo, cuento, guión cinematográfico, canciones y también aforismos.
Teniendo esto en cuenta, quizá era de esperar que, para celebrar sus primeros 50 años escribiendo y publicando, hubiera elegido un libro de poesía. Pero no, esta vez, ha considerado “justo y provechoso” ofrecernos este libro: Aforismos y Decires, 1958-2008.
Lógicamente, debe existir alguna razón para que, en el momento actual, su formación, nuestra formación, requiera la publicación de esta obra en concreto. Debo reconocer que esto me intriga.
Grandes autores, a lo largo de la historia, han publicado aforismos, con títulos más o menos explícitos: Canciones y aforismos del caminante (A. Machado); Sarcasmos y agudezas (Voltaire); Reflexiones y aforismos (Chateaubriand); Máximas mínimas (E. Jardiel Poncela), etc. Pero, entre ellos, no encontré ninguno que incluyera la palabra decires.
Todos sabemos lo que es un aforismo (del griego delimitación: sentencia breve que sintetiza una regla, axioma o máxima instructiva, presenta semejanzas con el adagio, refrán, máxima y proverbio, pero carece del fin moralizador de éstos) pero ¿qué es un decir?
Literariamente hablando, el decir es una composición cultivada por los poetas del siglo XV, que solía constar de una serie de coplas de arte menor y se diferenciaba de la canción en que carecía de estribillo. Sus temas eran de tipo didáctico o político y raramente amoroso.
Menassa, al final de la primera parte, los define así:
El aforismo puede conducir o salvar una vida (1530).
Los decires pueden liberar una parte del mundo (1531).
Vemos, pues, que el decir tiene la consistencia de la escritura y su autoridad, si tiene alguna, es poética (1527).
Bajo el título, dos dibujos del propio autor (los únicos que lleva este libro), representando una figura de frente (1958) y la otra de espaldas (2008), mirando en direcciones opuestas. Y sabemos que son dos sujetos, no dos mitades, porque Las medias naranjas tendrán sólo medio camino (1169).
En contraportada, cinco fotos ilustran varias etapas del autor con sus respectivas edades. Más allá de la concordancia histórica de actividades y fechas, la última (Director de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, 68 años) me produjo una gran curiosidad.
Sabemos que Menassa dirige el Grupo Cero desde sus inicios pero, según aparece aquí, daría la impresión de que acaba de asumir el cargo. Esta vez, no tuve más remedio que preguntarle al autor: “Sí, contestó, es que estuve estudiando hasta ayer, hoy ya soy Director.”
En estas circunstancias, comienzo la lectura.
Si es posible el poema, es posible la vida (1).
El que repita lo hecho, jamás la encontrará (2).
Dos frases que, estratégicamente colocadas en el punto de partida, nos sirven de guía para continuar la lectura: si hay poesía, hay vida, y ésta deberá ser construida por cada uno, diferente por definición, no se puede repetir la vida de otro.
Me llama la atención la distribución interior del texto: de los 1560 aforismos que lo componen, los primeros 1531 no están agrupados por temas, sino mezclados con un criterio que el lector tendrá que ir descubriendo. Después, un título en mayúsculas, “LA VEJEZ”, una foto en cuatricromía del escritor y 29 aforismos más.
Imaginando la secuencia como si fuese un jeroglífico, su lectura podría ser: con todas estas frases, el autor piensa construir una vejez a todo color. Él mismo confiesa: La vida es puro artificio. Si me dejan la palabra, no me importaría que todo el resto sea metálico (1539)
Porque, para el poeta, la muerte sólo es un punto final.
Y eso precisamente, poner punto final, no me resulta fácil en este caso. A medida que avanzo en la lectura, surgen múltiples caminos para seguir investigando, casi hasta el infinito y sin conclusiones. Porque, si de algo podemos estar seguros es de que esta escritura no concluye, sino que abre sentidos.
El poeta es el hombre de la lenta obsesión, escribió R. G. Aguirre y, hoy, Menassa añade: No vengas, me dijo la Poesía, que ya estoy a tu lado, y yo no le di bola, yo la seguí buscando (1182)
Así que podemos estar seguros de que, después de éste, habrá más libros y más poesía, independientemente de los premios, ya sean Nobel, nóveles o experimentados.



Cuadro: El bien y el mal en acción. Miguel Menassa

LA MUJER Y YO, UN LIBRO DE MENASSA

EXORDIO O PRELIMINAR

¿Un libro de amor? ¿Un libro que nos enseña a amar? ¿Un libro sobre el estado actual de la situación psíquica y social de la mujer? ¿Un libro que nos abre una dimensión impensable si no partimos de sus enunciaciones?

En La patria del poeta, publicado en 1991, en Adiós Cultura mi Señora, Menassa escribe: ¡la poesía al pueblo!, ¡la mujer a la poesía!, dos versos que en su diferencia nos permite preguntarnos que no es suficiente para Ella que la poesía vaya a Ella, que se sumerja, que se haga culta y lea, es necesario también Ella vaya a la poesía y, para ello, será necesario que Ella escriba.

En Psicoanálisis del amor, publicado en 1975, escribe, en forma de interrogantes, acerca de las posiciones de la mujer y su interpretación:

Primera fantasía o Aproximaciones a un nuevo orden

“¿Se trata de que el pequeño hombre masculino le dé al pequeño hombre femenino toda su libertad?

¿Se trata de lanzar al pequeño hombre femenino a una lucha de toda la vida contra una esclavitud que no existe?

¿Se trata de que el pequeño hombre masculino le repita vanamente al pequeño hombre femenino que son diferentes?

El poeta psicoanalista interpreta: querer morir juntos es un proyecto imposible, sabemos que “La máquina es perfecta, entre sus cifras está la cifra de la muerte”.

Segunda fantasía o Siglo internacional de la Mujer

Este siglo tendremos que combatir por nada. Ellas lo dirán todo. Incluso llegarán a decir: “Tenemos la maestría de enseñar una nueva manera de morir.”

Tercera fantasía u Orden cerrado

El poeta psicoanalista se decide: “Lo escribiré todo”, aunque no parezca un tema lo suficientemente científico ni poético. Y nos lo dice así: ”Entre pequeños seres masculinos y femeninos todo es posible. Por eso me pregunto: ¿pueden acaso un Poeta, un Científico, interesarse por un espacio donde todo es posible?”.

En 1975 toma la decisión de trabajar como Poeta y como Científico, la cuestión de la Mujer, y su relación con la formación de todos y cada uno de los seres humanos y también en la formación de la Humanidad, algo que interviene en toda formación y en cualquier oficio o profesión . Y podemos encontrar en todos y cada uno de sus libros algún aporte a esta cuestión.

LA MUJER Y YO

En La mujer y yo, después de interpretar sus posiciones de víctima, una a una, como posiciones propias, le dice: “y no veo cómo te condenó el siglo XX,/más bien, el siglo XX te hizo la pelota/ te habló de independencia, de amor en libertad/ te dijo que habría un dinero con tu nombre/ y que, si te capacitabas según su criterio,/ te dejaría gobernar junto a los hombres./ Tienes que saberlo, si eres una mujer/ el siglo XX, querida, te mintió./”

Lo más difícil para una mujer, y también para un hombre, y para la corriente de opinión en la que ambos están atrapados, es salir de la idea de que las cosas son y tienen que ser de una manera determinada. Este libro nos da las claves para trabajar en este sentido y empieza por lo más controvertido. Primero se presenta, el poeta y científico, y nos dice: “Puedo estar contento de haberla conocido,/ algo de ella he recibido, algo le he dado./” e inmediatamente quiere despejar la cuestión: “Mas hoy quisiera hablar del lado oscuro:/ cuando yo le pedía su verdadero amor,/ su cuerpo temblando, su alegría futura,/ ella me daba sus dudas, su vergüenza./

El Poeta y Científico interpreta que no hay nada donde no entren en juego los denominados diques incestuosos: la moral, el asco, la repugnancia, incluida la vergüenza propia del develamiento fálico, y es por eso que la poesía anticipa el proceso, que el psicoanálisis formula, por el que habrá de pasar todo ser humano cada vez que sea necesario dar un paso en su proceso de humanización.

En cada uno de los 47 poemas de este libro, se muestra algo de la mujer y alguna interpretación del poeta científico. En el primero se habla de que Ella goza con todo y en todo momento, y eso es lo que la separa del poeta y del hombre, eso es lo que le impide su propio goce. En el segundo se muestra que tendrá que renunciar a ese goce infinito para poder gozar, para poder hablar y escribir, y es cuando comienza su amor por la escritura. En el tercero comienza una historia de amor, pero Ella oscila entre morir o matar, entre amar el cuerpo o amar la letra. En el cuarto Ella es por momentos una mujer corriente y por momentos una mujer poesía, y entre un amor terrestre, vulgar, sin límites, de esos que no existen, y un amor sublime deslizándose a lo largo y ancho de la historia del amor, el mundo sigue en movimiento, pero lo posible es por la vía del amor, la vía del Nombre-del-Padre, porque el amor, “fue la raíz del tiempo”. En el quinto “moviéndose al compás de la historia del sexo”, muestra que quiere amarse a sí misma, y ese narcisismo es lo que de ella, enamora.

La historia de un hombre y una mujer se deslizan entre impasses y en presencia de la discontinuidad necesaria para que la historia sea una suma de comienzos.

En el sexto poema la interpretación muestra que la atribución de la mujer al hombre de estar interesado sólo en el sexo, es lo que ha sido rechazado en lo simbólico en ella, que vuelve desde el exterior, pero ella aún no reconoce su ser deseante, todavía sigue deseando que él sea un violador.

En el séptimo poema, el psicoanálisis viene a Ella y con el psicoanálisis el goce, y con el goce los celos, y con los celos llega el deseo, y comienza la aventura del goce de vivir. “¡Querido, qué aventura!

En el octavo quiere ser toda de la poesía, su deseo de ser inmortal prevalece, “Hazme tuya en un verso prolongado,/sin mirada, sin carne, para siempre.” “pero en este verso, viviré para siempre”, el poeta le aconseja hacer el amor para que llegue la ternura del que se sabe mortal, pues es necesario para leer el poema.

En el poema nueve, cuando Él le habla de su dolor, Ella le habla de su libertad, “quiero forjar un mundo sin sexo y sin dinero”, y cuando él la piensa entre otras mujeres, cuando deja de pensarla como mujer única, su dolor cede y se da cuenta “que era capaz de sufrir del corazón./ con la intención de esclavizarla./”, y nos dice: “Su libertad me había devuelto el corazón./”

En el poema 10, se habla del amor, para Ella “todos los amores, aun rotos, eran eternos”, para Él los amores “son leves y ligeros”, pero aún, “Hay un amor que nunca llegará/ y es de ese amor que se habla en el poema,/” , y como sabemos que “si es posible el poema, es posible la vida” , el poema nos dice que algún día se vivirá este amor, y queda plasmado en su final “somos todo mirada y nada vemos/ esa luz de tus versos es luz futura,/ nosotros vivimos en plena oscuridad./”

Y han pasado tal vez años, tal vez siglos, y todavía quedan 37 poemas más.




Cuadro: La noche de Chueca.Miguel Menassa

INVOCACIONES, DE MIGUEL OSCAR MENASSA.

Están a punto de cumplirse cincuenta años de la primera publicación de la obra de Miguel Menassa, un libro titulado Pequeña historia, que se publicó en Buenos Aires en 1961. Tenía Menassa veintiún años y ya jugaba con todos los triunfos de la baraja, un juego que ha seguido manteniendo durante toda su trayectoria: el triunfo de la poesía.

Si hacemos un recorrido por toda su obra podemos observar que cada libro de su producción es diferente. Pequeños detalles que hacen que todo lo que va encontrando el lector en las páginas tenga vida propia. En todos ellos hay saber, inteligencia, conocimiento…que el autor lega a todo aquel que desee aprenderlo y aprehenderlo.

Invocaciones es un libro que aparece publicado por primera vez en 1976 (Buenos Aires), la segunda edición data en 1978 (Madrid) y la más reciente 2007 (Madrid). Comienza con “Poema cero”, proemio de lo que vamos a ir encontrando a lo largo de su lectura: “Y encenderé pasiones / allí / donde la luz del bien refleje en mi mirada. / Diferente entre ángeles, superior entre demonios / no tendré paz.
En una primera parte encontramos “Invocación a los demonios” y en la segunda parte “Invocación a los dioses”, partes que se anudan en una imploración completamente humana. Un anuncio, un anticipo de una travesía que suma el saber de Homero y de Virgilio con sus Ulises y Eneas como héroes, a Hércules en su fuerza y más cercano a nuestro tiempo contemporáneo, a Rubén Darío con sus Cantos de vida y esperanza y a Poeta en Nueva York de Federico García Lorca.

Invocaciones es un libro entramado en el arte creador de Menassa entre la acción divina y la humana donde el poeta nos ofrece la posibilidad de abrir los ojos al mundo en el que la poesía siempre permanece: Dios de la Poesía. Te tengo en mi mirada. / Nuestras pequeñas diferencias / Se tienden sobre las altas vegetaciones tropicales / A pleno sol o bajo las claras estrellas de la noche / Y hablan de amor.

Miguel Oscar Menassa es un coloso de la poesía. Su obra ya forma parte de la Historia de la Literatura Universal.



Cuadro: Una temporada en el infierno. Miguel Menassa

INVOCACIONES DE MIGUEL OSCAR MENASSA
La brevedad de los poemas que dan cuerpo a este libro podría hacernos pensar en el haiku, una de las formas más bellas de la literatura japonesa. Hasta aquí la semejanza porque en Invocaciones todo es diferencia.
Exquisita condensación, puro ejercicio de metáfora metonimia donde lo más común y trivial se muestran en toda su complejidad. Cada uno de los poemas que componen este libro son relámpagos que anuncian un ruido atronador que rompe el silencio, el sentido esperado. Demonios y dioses se pasean por la mirada interpelándonos porque anuncian lo humano. Aquí conmigo todos los pecados/ y aquellos que vendrían por las noches/a vigilar mi sexo/ enamorados de mis ojos.
Un humano donde la diferencia, el deseo, la muerte, van produciéndose a lo largo del libro para concluir en el último poema del libro, Dios de la muerte, con la poesía: Poderoso dios/ te sobrevivo/ Mis poemas y mis valientes hijos/ vuelan hacia el futuro./ Acontecerán/ más allá de tus reinos.


ACERCA DE LA ESCRITURA DE MENASSA


Cuadro: El temblor de mis ojos. Miguel Menassa

Con la dirección de Miguel Oscar Menassa, en enero de 1997, se publica el primer número de la revista de poesía “Las 2001 Noches”. La editorial elegida es un poema de Bertolt Brech dedicado A los Hombres Futuros que comienza así: “Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos. Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa revela insensibilidad. El que ríe es que no ha oído aún la noticia terrible, aún no le ha llegado”
La candidatura de Miguel Oscar Menassa al Premio Nobel de Literatura para el 2010, realizada por la IWA (Asociación Internacional de Escritores) desde EE.UU, me llevó a preguntarme ¿el autor cómo piensa la escritura?
Es corriente de opinión en pleno siglo XXI la idea de que se nace escritor por cuestiones innatas, cosa de musas e inspiración divina que a unos pocos elije para depositar su arte; así mismo algunos pregonan que se escribe mejor en condiciones de sufrimiento, dolor y tristeza. Entonces ¿no todos podemos escribir? Y además ¿en su vida cotidiana los escritores deben padecer mil penurias?
En 1990, Menassa imparte una conferencia en Zaragoza donde escribe: “siempre se le ha dado a la escritura, al escritor, al poeta, a la poesía, un lugar –si bien denostado y perseguido-, siempre privilegiado”. Desarrollando cuatro puntos: 1) la escritura como un trabajo y el poema como un efecto del trabajo realizado, 2) La diferencia radical entre la vida del escritor y su obra, 3) la escritura como algo que pertenecía a pequeñas élites: sólo los poderosos podían escribir y 4) la escritura es una lengua diferente a la lengua hablada.
Que el autor titulara Psicoanálisis y Poesía. Acerca de la escritura, me llevó a pensar ¿cómo era para un poeta antes del psicoanálisis y cómo es después? En 1999 en Madrid, dice: “sin Freud hubiese sido absolutamente imposible el surrealismo”
Entiendo entonces que escribir es un trabajo y que el trabajador tiene que quedar fuera del producto. Es decir que el psicoanálisis a este autor le permitió cambiar el pensamiento donde tiene que ser cambiado el pensamiento: en la salud, la educación, las relaciones de pareja, la escritura.
Si el psicoanálisis permite cambiar y el marxismo une materia y pensamiento, me pregunté esta vez si es posible la socialización de la escritura y ahí más que un autor que lleve la poesía al pueblo, poniendo carne a la letra, nos encontramos lo grupal por excelencia, como máquina hominizante, llevando el pueblo a la escritura, es decir poniendo letra al cuerpo. Así en un encuentro internacional realizado en 1994 en Berlín, escribe: “ya que la poesía no padece de las miserias del tiempo cronológico y su valor está fuera del valor de uso y lejos, muy lejos, del valor de cambio, ya que como sabemos la poesía, en su diferencia radical, no equivale a nada posible. Su esfera de acción, el advenimiento, no se puede usar ni vender pero, sin embargo y no es vano decirlo, ella, la poesía, sólo cobija en su seno a los grandes trabajadores
En 1961 publica por primera vez y de manera ininterrumpida continúa escribiendo, así en febrero de 2010 escribe “aparece “Jubilación” poema que comienza: Después de haber cumplido con todas las tareas, me pregunto muy cerca de los setenta años ¿quién me ama? ¿quién vive en mí?.
Es la ciudad de Buenos Aires en 1987, donde para un congreso internacional publica: Fundamentos Antológicos de Poesía y Psicoanálisis; podemos rescatar algunas joyas: “el hombre vuela, se hace nostalgia, vuela. No vengo yo a escribirlo si soy el Otro. Vengo a vivir agazapado esperando el sonido. La aparición brusca de una huella dejada de lado. Vengo transparente, con el deseo de ser atravesado” en el mismo escrito y puntuando la cuestión: “pescadores y gobernantes me expulsaron del mar. Y, aún, mitad fuego volcánico, tierra, mitad agua desesperada vuelo ahora, perfilándome viento, letra futura.
Me adhiero a la candidatura de Miguel Oscar Menassa para el Premio Nobel de literatura 2010. Atentamente señores del Comité, me despido con unos versos de Menassa: “Y si nunca ha de llegar no importa, sigo estudiando, escribiendo y denunciando. Amando, siendo feliz”.

lunes, 22 de febrero de 2010

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBDOS A LAS 18.00 H



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 44 - 20/02/10
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


HEMOS RECIBIDO LOS SIGUIENTES APOYOS A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010


Todos los dibujos son de Miguel Oscar Menassa




COMENTARIO DEL LIBRO EL VERDADERO VIAJE DE MIGUEL MENASSA

El poema El verdadero viaje de Miguel Oscar Menassa es un viaje por la vida y todas sus posibilidades sostenida en la palabra: Si es posible el poema es posible la vida, y desde ahí empieza a remar en su pequeña balsa enamorada, sin detenerse y sin esperar nada.
Esta es una de las obras claves de Menassa, entendiendo su magia en el decir del poema ya que en él queda la inscripción social de la ideología del poeta en la poesía, en el vivir. Leer El verdadero viaje es hacer un apasionado viaje: “toda pasión será remar hasta alcanzar el poema en ese movimiento”. Fija el motivo del viaje en remar, “remad hasta quedar sin fuerzas…”, construye la vida y la muerte, la patria, la poesía: “la tierra que promete la poesía siempre es la misma. Se llega o no se llega”.
Escribe la firmeza del saber: “Y en las noches de desilusión, cuando nada es posible en esa oscuridad / pedid a los mayores que os cuenten de los grandes navegantes sus antiguas hazañas en pequeños barquitos de papel…”.
El camino no asegura ninguna llegada: “Nada será fácil para el poeta”. Nos lleva el poema por trazos de Dalí, los de su Centauro, por ejemplo, la fuerza de su roja rosa volando llena de pasión, los primeros días de primavera, el equilibrio intraatómico o esa Venus que sonríe al borde del poema…
Le escribe Menassa a la muerte en una carta de amor: “la miraré enternecido y le diré: Mi muerte enamorada, y ella, será feliz.
Después, hay que seguir remando.
Recrea el poeta el amor, la muerte, el hombre, la poesía; los muestra y los pone a conversar continuamente, sin detenerse, trascienden todo silencio que haya podido ser impuesto. Ésta, una de las tantas grandezas de Menassa: hacer del mundo, palabra: “dejar de pertenecerse y entregarse al poema”.
Extiende también Menassa los límites del lenguaje con su Arte Poética universal: encerramos a la locura / en un poema/ y seguimos remando/ hasta que un día/ convencidos de su torpeza/ para la navegación/ se la entregamos / al amor y a la muerte/ para que la locura / aprenda a volar/.
Un decir poético invencible, decisivo y necesario tanto para la poesía actual como para la poesía del futuro. Irrevocable y firme.



COMENTARIO DEL LIBRO POEMAS Y CARTAS A MI AMANTE LOCA JOVEN POETA PSICOANALISTA, DE MIGUEL OSCAR MENASSA


No se trata de una competición entre poetas, entre libros, entre poemas. Se trata de darlo todo, entregarse en cada página ya sea como escritor o como lector. Menassa en este libro, Poemas y Cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista, nos vuelve a mostrar el destino que lo guía: su único amor la poesía. “Aunque en verdad nadie lo quiera, vivir, vivir, podríamos mil años. Yo sería el cantor y usted mi canto”. Este destino se muestra en esta obra en forma de poemas y, también en cartas donde lo psicoanalítico nos sumerge de lleno en la intimidad del diván. Somos ahí, cada uno de nosotros, testigos, a la vez que pacientes mismos ante la enseñanza. Situaciones, todas ellas, tan verdaderas, tan plenas de sentido que, a veces, su apariencia resulta algo surrealista.
El poeta se cuela con naturalidad en nuestra lectura, vuelve a hablarnos, ahora como amante, como poeta, como mujer. Como dice en uno de sus versos “Renunciemos mi amor a nuestro amor, para poder amarnos. Renunciemos mi amor a ser el uno para el otro, para poder tenernos...” A veces, siempre, para poder alcanzar algo, un estado, un conocimiento, un amor, hay que renunciar al afán de posesión. Del mismo modo, para poder apreciar la complejidad de este libro, hay que renunciar desde el principio de su lectura, a querer atraparlo en un sentido concreto, pues la riqueza de sentidos, la complejidad de los temas tratados requiere varios acercamientos, además de un lector capacitado para acoger ideas diferentes a su propia ideología.
No es un libro político, pero tiene su política: “Te lo dije en silencio, no sueltes amarras, la libertad no existe”; “De la mujer hice una frase. Detuve su infatigable locura, toda locura entre mis letras”, “Ella existe, ha nacido en mis versos”, “Que lo brutal no sea el verso sino su permanencia”. Nos muestra la importancia de distinguir palabra y acción, porque el poeta vive en sus letras y, ya eso, es otra cosa. “Cuando lo único que ambiciono es matarla, la estrangulo en una frase breve, entre guiones”.
Menassa ama, desea, mata, viaja, sueña... pero en las páginas, para nosotros, para enseñarnos a amar, a dejar atrás el amor, a vivir de otra manera.



CARTA DE ADHESIÓN DE UN MARINERO LECTOR

Estimados Señores del Comité del Premio Nobel de Literatura: cada carta de navegación, son cien mil poetas cantando. Para un marinero, la poesía no son versitos, y todo lo que cuesta, vale. “Cuestan, señor,/ lo que le cuesta a un hombre,/ dejar de pertenecerse/ y entregarse al poema”
En “El Oficio de Morir-diario de un psicoanalista-” Menassa puntúa escribiendo: “Por eso pago los impuestos./ Para que nadie me venga a preguntar,/ por esta oceánica soledad, partida en dos”
Para el poeta, navegar por navegar no es su oficio. Él sabe que “La sabiduría es un arte y ama la muerte”. Poeta condenado, no necesita trabajar de carcelero para conocer a Whitman y Miguel Hernández, ni ser un marinero en paro con Rafael Alberti, o visitar en mercante las Antillas de Enrique Molina. Él, con Goethe y Teresita de Jesús estudia religión, cocinero de cocodrilos con César Vallejo, conoció la ciencia de perder la inocencia con Baudelaire, y en la cóncava voz de Germán Pardo García encontró interlocutor, aprendiendo a sumar con Maïakovski, a ganar y partir por los puertos, besando esa soledad.
Se puede pensar, que la poesía es el ancla que sostiene al marinero en tierra, lanzando al mar sus versos. Menassa nos dice: “Veo surgir entre las sombras/ una luz que nadie apagará./ Formada de versos y perfumes/ como vientos insondables/ como una catarata de carne/ abandonada/ que por fin/ encuentra su reinado”
Una acción humana, por ejemplo: un poema, un cuadro, una estatua siempre es la articulación de miles y miles de versos, de miles y miles de pinceladas, de toneladas de arcilla amasadas entre las manos por miles y miles de hombres y un poeta.
La red de versos con la que es capturado el lector, en el poema: “El verdadero viaje” es, en sí mismo altura y vértigo, digno del novel laurel que la poesía produjo, alumbrando el caminar del hombre, porque lo que se adapta pierde estilo.
Yo, marinero de inviernos silenciosos, quedé impactado por la belleza del David de Miguel Ángel, por la majestuosidad humana de los Fusilamientos del Tres de Mayo de Goya y por la sabiduría de “El Verdadero Viaje” de Menassa.
La genialidad del autor, en la repetición singular de cada obra de arte, se puede estudiar y, debe estar al alcance de cada lector, todo aquello que devele alguna ceguera del alma humana.
Una escritura, la de Menassa, donde la metonimia es el corazón de la metáfora: “Si es posible el poema es posible la vida”. Una obra donde podemos escuchar al sujeto en cada frase y, entre palabras, el deseo deslizándose en un tiempo presente.
Gracias a Homero, para un marinero culto, las cartas de navegación, señalan escollos, que no detendrá sirena alguna. “Nadie, nunca, me alcanzará, soy la poesía”
Gracias a Menassa, sabemos que: “Una vez enamorados el amor y la muerte y rechazados el oro y la burla por impuros vendrá y de ninguna parte porque ella vivió siempre en nosotros la locura”
Es en nuestros mares donde danzan canoas con trigo y buques de guerra. Para todo marinero la locura es “el peor de todos los estrechos. Surge imprevista, por ser ley de su destino la sorpresa y no viene por ninguna pelea porque trae el deseo de trabar amistad con el poeta”
Señores del Comité, solicito le sea concedido el Premio Nobel de Literatura 2010 a Miguel Oscar Menassa. “Frente a la duda hay que seguir remando”
Antes de despedirme, quiero rescatar: “Contentos/ de haber comprendido/ la diferencia/ encerramos a la locura/ en un poema/ y seguimos remando/ hasta que un día/ convencidos de su torpeza/ para la navegación/ se la entregamos/ al amor y a la muerte/ para que la locura/ aprenda a volar”
Atentamente un Marinero lector.






COMENTARIO DEL LIBRO DE AMORES PERDIDOS DE MIGUEL MEANASSA

Amores perdidos, libro publicado en Enero de 1995, funda un encuentro con el futuro, paradójico encuentro podríamos decir, ya que el participio del verbo perder nos remite directamente al pasado, a una temporalidad puntuada desde el presente y que se refiere a un tiempo ya acontecido.
Pero como en Menassa todo es escritura, su poesía tiene la característica de ser actual para el lector, cada uno de los poemas nos entrega un pedazo de la historia de este poeta que enmarcado en su implicación social, también, no acerca los sentimientos humanos más cotidianos.
Amores perdidos, se divide en siete secciones: Amores perdidos; Amor perdido. Mi madre; Amor perdido. Los Indios; Amor perdido. Buenos Aires; Amor perdido. La juventud; Amor perdido. Mi hijo Pablo; Aun, puedo decir amor.
Cada una de ellas podría ser como una despedida, pero al ir leyendo identificamos que, como si se tratase del principio de constancia, en la escritura de Menassa, nada se pierde, todo se transforma. El amor, nos muestra, es en transformación, deja de ser algo encontrado para perderse en escritura, dimensión universal e inmortal, que permite al poeta la eternidad.
Y si uno quiera ahondar más allá de la estética, encontramos una teoría del amor, donde la falta se transporta al plano simbólico para instaurarse en la ley, ley del amor, ley de la escritura, proliferación astral de lo humano.
Descubrimos, también, en este libro, una riqueza infinita en el uso de la condensación y el desplazamiento; metáfora y metonimia que nos trasladan a la emoción de un encuentro fugaz con el goce.
Menassa nos muestra un pasado que viene del futuro, porque hace del pasado una realidad de la cual ya no se tiene que ocupar, podríamos decir, que Menassa tiene pasado, por eso, estimados señores de la academia sueca, quiero apoyar la Candidatura al Premio Nobel de Literatura 2010, de un hombre; poeta, médico, psicoanalista, pintor, cineasta, que por tener pasado, ya sólo se ocupa del futuro, y en el futuro, como podemos observar en su trayectoria como Director de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, está contemplada su vida y la vida muchas personas, ya que grupalidad y transmisión, son dos de los pilares de la escritura de Menassa.





LA SEXUALIDAD, EN EL PENSAMIENTO DE MENASSA.

Los hombres son fuertes mientras representan una idea fuertes
impotentes, cuando se oponen a ella. S. Freud

Como psicoanalista, Menassa, es discípulo de Freud y considera que estudiar a Lacan, en cuanto hace aportes a la transmisión del psicoanálisis, es necesario para leer a Freud.
Psicoanálisis y poesía es psicoanálisis, es una conjunción sin la cual el psicoanálisis freudiano deja de serlo, porque la poesía es “capaz de condensar mil páginas en un verso” y, porque la escucha psicoanalítica por tener como condición la “atención flotante” necesita posicionarse en el imaginario universal de la poesía, para poder la reducción simbólica necesaria que es la interpretación psicoanalítica.
Algunos de los alumnos de Freud “cedieron a la necesidad de libertar a la sociedad humana del yugo de la sexualidad que le había impuesto el psicoanálisis. Uno de ellos, Jung, ha declarado que lo sexual no era la sexualidad sino algo distinto, abstracto y místico, y otro, Adler, ha pretendido que la vida sexual no es sino uno de los sectores en los que el hombre quiere satisfacer la necesidad de poderío y dominio que le mueve”. Podríamos decir que si se sigue el sistema adleriano, la vida se nos aparece basada en el instinto de agresión, sin dejar lugar alguno para el amor.
Algo que en Menassa no es posible, porque es uno de los fundamentos de su pensamiento “Ni huir. Ni arremeter contra nada./ Aprender a conversar tranquilamente/ eso enseña el amor”. Sin embargo, en este autor, sin la poesía nada es posible: “Entre la vida/ que no me pertenece/ el amor/ y la vida que soy/ la locura./ La poesía/ puede llenar/ todo ese vacío.”
Sabemos que la Humanidad, abrumada por el yugo de sus necesidades sexuales, está pronta a aceptar todo de quien maneje el señuelo del “vencimiento de la sexualidad”.
Muchas fueron las corrientes pretendidamente psicoanalíticas que quisieron acabar con las resistencias contra el psicoanálisis por medio de la desvalorización teórica del factor sexual, la cuestión era que lo que también quedaba desaparecido era el psicoanálisis, puesto que para Freud la sexualidad es la materialidad del inconsciente. Y así lo escribe Menassa, “Desear, dice la ley, desea todo el mundo de la misma manera, las diferencias quedan marcadas en los modos de renuncia.”
Lacan en La ética del psicoanálisis escribe: el bien soberano que es das Ding, que es la madre, que es el objeto del incesto es un bien prohibido, y no hay otro bien. Por eso lo que se busca en ese lugar del objeto inhallable es ese objeto que uno reencuentra siempre en la realidad.
Menassa no cede lo que nos diferencia y nos funda como humanos, la sexualidad prohibida e inconsciente: “Dios es a la religión como la Ley a la estructura y el Nombre del Padre a la sexualidad”.
“Alrededor de la invariante Edipo pululan los olores de una familia.”
“Si Edipo reina, la Ley prohíbe el incesto”
Así como Freud trabaja la doble moral sexual cultural, una para el hombre y otra para la mujer, Menassa trabaja la doble moral entre la sexualidad adulta y la sexualidad que correspondería estar prohibida, la sexualidad incestuosa, habiendo estudiado que cuanto más crece la prohibición de la sexualidad entre adultos más avanza la sexualidad incestuosa, que mientras se va especializando la prohibición entre los adultos, más cuanto más mayores son, más cuanto más altos sean los cargos que desempeñan, lo que verdaderamente queda perturbado es el crecimiento sexual normal de los niños.
Menassa escribe, en ¿Perversión o la muerte de la palabra?, “Pero lo perverso, lo perverso verdadero, ya aconteció y fue un hálito.” Lo perverso pertenece a la constitución llamada normal de la sexualidad humana, y ya fue un acontecimiento simbólico.
En “La familia como estructura sexual” trabaja esta separación indeleble, y escribe: “Más que verdad, símbolo, más que progreso humano, cultura.” Y, todavía, nos dice: “Sujeto, sujetado al paroxismo de leyes inviolables: a la tiranía del significante si se trata de la adquisición del lenguaje; a la tiranía de las relaciones de parentesco si se trata de la adquisición de la sexualidad (humana), o bien, y además simultáneamente, a la tiranía de los modos de producción (sea de mercancías o de sentidos) si se trata de la adquisición del ser social.”
Nunca deja de trabajar en este sentido porque la sexualidad humana para que lo sea, tiene como condición que la sexualidad infantil sea reprimida y de una manera sublime, es decir, sin retorno de lo reprimido. Porque para Menassa, toda perturbación de la sexualidad adulta está en relación al retorno de la sexualidad infantil incestuosa. Por eso trabaja para que el hombre actual pueda civilizarse sin perder en ello la dimensión de los deseos sexuales.
Para el Psicoanálisis, y por ello también para Menassa, la sexualidad es todo aquello que ha sido tocado por la palabra, pues das Ding es aquello de lo real que ha sido tocado por el significante. Porque nuestro deseo sólo arde en relación a la Ley que prohíbe el incesto, la ley de la palabra.





COMENTARIO DEL LIBRO VE LA ROSA DE MIGUEL MENASSA

En los carteles publicitarios de su edición en 1989, figuraba la siguiente frase: la española cuando besa, no ve la rosa, quizás la rosa que se pierde la mujer cuando se enreda en mundanos devaneos amorosos, es la rosa de la escritura: el mayor amor de la protagonista de esta novela. Porque la especie cuida de sus miembros mientras estén en edad reproductiva, pero la escritura no tiene en cuenta la edad del escritor, la escritura cuida siempre a sus escritores.
No ve la rosa es una novela múltiple, puede ser un catón, o libro de enseñanzas sobre la escritura, también un libro de teoría para psicoanalistas en la cadena de formación, ya que si la transferencia es la puesta en acto de la realidad del inconsciente, esta novela no es otra cosa que la muestra escrita de esa puesta en acto, es por tanto, una secuencia de interpretaciones reveladoras para quién esté dispuesto a recibirlas, y además, y en todos los casos, es un viaje hermoso por una escritura humana, bella y sutil, donde lo inconsciente puede pasar casi inadvertido para el lector lego, no molesta, no se hace proselitismo del psicoanálisis, y sin embargo, hay presencia de él en cada párrafo, porque nos enseña pensar el amor, el deseo, el exilio, la vejez, la escritura, todos estos significantes pasados por el tamiz del psicoanálisis. Y lo que decanta es una escritura innovadora y sorprendente.
Me he preguntado muchas veces porqué una novelista como protagonista si el que escribe es Miguel Menassa, y hasta esta lectura, no había percibido, que además de todas las resonancias que la mujer tiene en la obra de Menassa, mujer gestora de su propia realidad, con otros, mujer escritora, además el escritor nos dice que la escritura sólo adviene en posición femenina. Por eso la novelista es una mujer. Metáfora de esa condición de la escritura. El novelista, que además es psicoanalista, le interpreta todas las dificultades que pueden surgir en su camino, para que pueda su camino, por ejemplo, cuando ella se da cuenta de que quiere ser la Escritura, pero parece que esa confusión entre Ella, la mujer y Ella, la poesía, es obstáculo a la posibilidad de la escritura.
El escritor no es la escritura, y en la aceptación de esa diferencia, se inaugura la posibilidad de escribir. Parece que con el dinero, la mujer tiene también que resolver algunos asuntos: “Ser rica, también es una propuesta de la mente”, llega a decir la novelista. Y como no, con su deseo: parece que cuando una mujer siente deseo y hay un hombre cerca, tiene una tendencia a atribuírselo a él: Josefina, otro de los personajes de la novela, desea ser escritora y Evaristo se presta a ser su maestro, pero ella muchas veces se confunde, hay un instante donde duda, no sabe si acabará escribiendo un verso o haciendo el amor, aunque siempre elige la escritura.
En cuanto a la formación del analista, hay muchas frases que son pepitas de oro puro, elijo esta porque me parece que es de las primeras que aparecen en la Novela: Cuando la psiquiatra Rosi Provert llora porque no sabe qué hacer con los pacientes psicóticos, el profesor le dice: Permítame que le diga que sus problemas se reducen a su formación. Y esa frase le permite a Rosi comenzar su acercamiento al psicoanálisis. Que la única manera de ocuparse de los pacientes es ocupándose de la propia formación es algo que todo psicoanalista debería saber.
También es magistral cuando discuten sobre si un psicoanalista puede o no escribir versos y si un poeta puede o no psicoanalizar. A lo que el Master contesta, clara y sencillamente: se pueden tener dos deseos ¿no?
El final es absolutamente magistral, Freud, en un texto tan temprano como la Interpretación de los sueños, advertía a los analistas que sólo hay dos representaciones finales, dos representaciones que comandan la asociación libre, aquello que afecta o compete al paciente (en ese momento lo llama la enfermedad) y su propio psicoanálisis. Por eso, cuando la novelista le dice a su analista: No puedo concluir la novela. No sé lo que no puedo concluir, él le contesta, remitiéndola a una de las representaciones finales, y siendo también el fin de la novela: “Lo que usted no puede concluir es su propio psicoanálisis.”



ACERCA DEL MONÓLOGO ENTRE LA VACA Y EL MORIBUNDO de Miguel O. Menassa-2001-

“Monólogo entre la vaca y el moribundo” es, sin lugar a duda uno de los libros más entrañable, innovador y surrealista de Miguel Oscar Menassa. El más desgarrador y tierno.
Al leer el título no podemos dejar de evocar a otro famoso moribundo de la literatura universal. El moribundo de Sade enfrentándose hasta el último segundo al obscurantismo del sacerdote. Mas, el personaje con el cual monologa aquí nuestro moribundo no es ningún sacerdote.
Es una vaca, pero no una vaca cualquiera.
¿Por qué un moribundo? Quizás porque el hombre al nacer ya está tocado por la muerte. Porque este hombre en particular, por circunstancias trágicas de la vida, tocó fondo y herido de muerte llegó a no saber si vivir o morir. Porque es escritor y sabe que escribir es a veces más difícil que morir.
¿Por qué una vaca? Porque la vaca es infinita carne pasiva y puede quedarse años mirando desfilar el tren de su propia vida. Porque la vaca se pasa la vida rumiando. Porque es portadora universal de la leche y entre sus ubres gigantescas puede abrigar la vida herida de un pequeño hombre luchando en permanencia para quedarse del lado de la vida. Porque su mugido, viejo recuerdo infantil, siempre nos toca el alma.Y, principalmente, porque una vaca no habla. Pero, ya advertimos antes al lector: no nos dejemos engañar . Esta vaca no es una vaca cualquiera. Es la vaca de un poeta. Una vaca que además de mugir de mil maneras, de callarse a menudo, a veces habla. Y cuando habla dice sin saberlo la verdad.
“Diálogo entre un sacerdote y un moribundo” de Sade, es -como lo indica su nombre- un diálogo. ¿Por qué entonces tenemos aquí un monólogo? Porque, como lo señala con humor la portada, ese moribundo y esa vaca son quizás dos caras de una misma moneda. Además, como lo demuestra el psicoanálisis, 1+1 nunca son 2. No son 2 hasta que aparezca un tercero.
Si ella muge o dice sin saber, si su vida se pierde por la extensión de su callada carne ella es también la faceta irracional de ese moribundo, su faceta loca, poética, siempre imprevisible.
La pareja que forman la vaca y el moribundo, el humor tan sorprendente con el cual su autor la pinta -con mucha ternura pero con ninguna complaciencia- nos recuerdan en más de un aspecto otras parejas inolvidables que tanto hicieron a la historia de la literatura y del hombre. Cervantes, en el Siglo de Oro, nos hizo un regalo imborrable, Don Quijote y su Sancho Panza, Diderot, en el siglo de la Ilustración, Jacques el Fatalista y su amo. Menassa nos regala La Vaca y el Moribundo.
Desde el principio del libro, el autor nos avisa: Es un libro escrito por un poeta y un psicoanalista. Abarca la última década de un siglo marcado por los descubrimientos de algunos grandes pensadores como Freud y Marx pero también por las guerras, la bomba atómica, la decadencia de un mundo que creía haber progresado hasta el cénit. Y en este final de siglo torcido, un moribundo y una vaca, acompañándose en sus soledades, desgarrándose, y salvándose mutuamente al borde del abismo de la desesperanza, consiguen sostener con sus pequeños cuerpos temblorosos el proyecto científico y cultural más original, más esperanzador en el umbral de este nuevo siglo. El autor, a través del retrato sin concesiones de su vida más cotidiana e intima nos hace plenamente partícipe de los avatares de una escuela de psicoanálisis donde se fragua el psicoanálisis del siglo XXI y del arduo proceso creador de uno de los mejores poetas de este siglo, doblemente jefe de Escuela. Nos lleva por sus dudas, sus éxitos, por el intolerable dolor por la muerte de seres muy queridos y nos contagia con su incombustible deseo de vivir , de escribir un verso más que ellos, los asesinos en serie, los vándalos modernos.
Un moribundo y una vaca -que se va haciendo humana, mujer- sostienen con sus pequeñas vidas azotadas por el exilio y el duelo más cruel, sostienen con su valor, su inquebrantable y su amor tan especial, tan novedoso, la combinación inaudita y revolucionaria de dos significantes, Poesía y Psicoanálisis, poderoso hálito esperanzador en el umbral de un nuevo siglo.
En este libro exquisito, brutal y revolucionario Menassa pone una vez más y sin miramientos toda la carne en el asador. Desde la primera línea, anuncia el color. Pequeño gran hombre –con sus propias flaquezas a cuesta-, sin importar si le van o no a dar medallas, entra al luchar , acompañado por su fiel vaca querida, contra las peores llagas de este fin de siglo XX ,con dos armas insuperables: la poesía – heredera de siglos de voces valientes- y el psicoanálisis –única ciencia capaz de transformar algo del alma humana-.
“Basta de versitos…”.Aquí está el Poeta, la voz de los millones de hombres que amordazaron a lo largo de la historia de la humanidad.
Y a lo largo de las páginas de esta maravillosa bomba de tiempo -que fue acogida con tamaña indiferencia por la prensa de sus dos países, de sus dos continentes- denuncia y escribe, incansablemente, como en el resto de su obra denuncia y escribe. “Corregiré el destino con palabras amadas/ Desviaré todo fracaso en letras de oro.”Y la vaca, inefable, mugiendo al compás de sus palabras, le deja hablar, le deja, denunciar, le deja escribir…Y de mugido en mugido, la que había nacido para dejarse matar a palos, amparándole entre sus generosas tetas del amor, cuando está casi a punto de morir de tristeza o de rabia, va pronunciando sus primeras palabras, sus primeras frases, se va transformando en mujer, en poesía, en otro combatiente incondicional de lo humano contra el obscurantismo que siempre -bajo brillantes y extra modernos ropajes- amenaza, pero en vano, de apoderarse del mundo.
El autor sigue anunciando el color: nada de genialidad innata:” Soy un enfermo curado por el psicoanálisis. Dejé de someterme al silencio carnal de mi madre, a la ideología apolillada de mi padre y me sometí al bien bienhacer de una ciencia revolucionaria. Ahora voy blandiendo a mi vez, para quien desea escuchar y transformar su parte de realidad, nuevos pensamientos: Nuevas combinaciones de palabras sobre el amor, sobre la muerte, no vanas palabras al viento, palabras escritas que son la vida misma del poeta, palabras capaces de anticipar el futuro…Y no hará falta esta vez que nadie muera prematuramente porque el poeta trae con él intenciones de conversar…
Podría ya vivir como un escritor, tranquilamente con su vaca ya mujer, esperando que cualquier día le dieran el premio Nobel pero sigue luchando, conversando, combinando sin descanso las palabras, sigue tejiendo una red de versos incalculables…

sábado, 13 de febrero de 2010

TALLER DE POESIA DE LOS SABADOS 13-02-10



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 43 - 13/02/10
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


HEMOS RECIBIDO LOS SIGUIENTES APOYOS A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010



Cuadro: La flor de la alegria. Miguel Menassa

APOYO A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010

En “22 poemas y la máquina electrónica o cómo desesperar a los ejecutivos”, 1966, escribe: “La soledad del parque ha vuelto.//La soledad del niño/que no se puede dormir/pero tampoco levantar/ha vuelto.//Qué hago con ella ahora/cuando no quedan/parques que frecuentar/ni habitaciones donde dormir”.
Contesta en “Yo pecador”, 1975: “Partir por los caminos/donde anidan los corazones que saben del amor./La poesía nos acompaña/y nos acompañan aquellos amigos/dulces,/como la nieve que vimos caer en nuestra cordillera/.../Buscamos el sol. Nuestro destino/la palabra.”
En 1984, en “El amor existe y la libertad”, nos habla de la muerte: “Quise volar como los pájaros, gruñir como las bestias./Quise ser Dios/y me moría de hambre con los hambrientos./Quise ser millones/y lloraba con los desesperados porque llorar./ es un recuerdo del hombre inolvidable.//La alegría me caló los huesos cuando le opuse/mi primer verso a la muerte.” “QUERIDA MUERTE,/a tu pesar,/a mi pesar,/la vida continúa.”
En 1991, en “La patria del poeta”, la poesía se hace fuerte en él: “La vida vive en mis palabras, el goce en mi voz/y vosotros, tendréis que resolver el acertijo./Soy una herida abierta que sólo se repite sin dolor./Soy una pulsación, sin ritmo, ni latidos.//...// Soy algo del humo, algo de la llama, que perdura:/lo que el grito no pudo asesinar de la garganta,/olor vacío de perfumes, agujero de piel, poesía.”
Y en su último libro de poemas publicado, “La maestría y yo”, 2007, nos dice: “Vivir acompañado/no es un consejo,/es la única manera de vivir,/y aprovecho el decir,/para dejar en vuestra inteligencia/la enseñanza más bella:/La poesía no se enamora nunca.”



Cuadro:Rebelion de vocablos. Miguel Menassa

UNAS PALABRAS SOBRE EL LIBRO LA MUJER Y YO DE MIGUEL MENASSA

47 poemas donde la mujer, el hombre, el amor, la muerte, hacen el amor empecinadamente en versos que nos muestran la complejidad estructural del ser humano; poesía alimentada de ciencia, de vida, de poesía.
Un libro en el que leemos la multiplicidad de la mujer, su compleja armadura; donde el deseo colorea cada poema y sus versos son como interpretaciones para el lector. Un libro donde el hombre, como puede, respira entrecortadamente en cada punto.
Descubridor de lo inhabitado, arqueólogo del futuro, escultor de la belleza, Miguel Oscar Menassa recorre los encuentros con la templanza de un sabio, no tiembla aunque tiemble, atraviesa 47 momentos que son millones, mudando la piel como un camaleón según la mujer que se le presente; dulce, melancólica, celosa y exigente, ella se pone en juego para hablar del amor, de la muerte, de la juventud, de la vejez, del exilio, del hombre, de la mujer.
Sentidos que se manifiestan como representaciones vivas del cotidiano vivir, aunque siempre, encontramos que Menassa se maneja como un estratega, entre palabras; es capaz de no matar aunque ella se lo pida y de amarla cuando lo requiera.
Pasado, presente y futuro son enlazados en la frase, no hay temporalidad en la escritura de Menassa, es siempre actual, porque su envoltura es el psiquismo humano, y este no pasa de moda.
Implicado con lo social, con la parcial integridad de lo vivo, hace poesía hasta de las catástrofes; convergen en sus versos la paz y la guerra, al amor y el odio, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, dualidades que acontecen alternativamente en la superficie de cada poema.
Menassa es un poeta que se desnuda, pero no se desnuda bruscamente, lo hace con sensualidad, poema a poema, verso a verso. Sin importarle el final, se deja llevar por la escritura, que le toma, le posee, le subvierte para transformarse en algo totalmente nuevo; poesía.
Goce, deseo, amor, poesía, escritura, mujer, hombre, muerte; palabras que después de este libro se redefinen.




Cuadro: La gran hazaña. Miguel Menassa.

SOBRE EL LIBRO EL HOMBRE Y YO de Miguel Oscar Menassa


Antonio Machado aconsejó: “Da doble luz a tu verso,/ para leído de frente/ y al sesgo.” En la poesía de Menassa, el sesgo alcanza dimensiones impensables. O, lo que es lo mismo, su escritura abre infinitos sentidos a lo humano.
Frente al título El hombre y yo podemos preguntarnos: ¿A qué hombre se refiere, quién es ese YO? Por definición, en poesía las palabras dicen más que lo que dicen. Pero ocurre que el soporte material de esa escritura, su envoltorio, el objeto libro, es lo que nos introduce en el poema y, una vez publicado, forma parte de él.
Veamos, pues, qué nos dice este objeto. En el centro de la portada, y sobre fondo rosa, un cuadro de 1982 en suaves tonos pastel, amarillo y naranja, es el Autorretrato de espaldas. Encima, el negro brillante de las letras imprime al título cierto aire masculino, varonil. El resultado es, cuanto menos, enigmático: un hombre, un yo y una silueta sin rostro, quizá la del poeta.
En contraportada, un renovado Menassa, todo cuerpo, nos sorprende con el esplendor de sus 65 años mientras avanza con decisión hacia las letras que nombran su futuro.
Abrimos el libro y, ya en las primeras páginas, se va construyendo ese rostro que, con mirada firme y serena, afronta la pregunta que precede al texto: “¿Qué quiere decir yo soy un hombre cuando soy yo el que habla?” Por momentos, la cosa se complica, ahora tenemos dos YO.
Pero todo eso ¿qué tiene que ver con la poesía? Pregunta, desde el 19, “el hombre aquél/ que no se quiso arrodillar” y, al final, “murió a mediana edad/ paralizado y solo.”
“El poema es, también,/ el aire que corre.” “Además, la poesía tiene el don/ de combinar, alegremente,/ lo bello con lo feo,/ lo muerto con lo vivo,/ el dolor con la risa,/ ...” Responden 23 y 24.
Nos damos cuenta de que, en este libro, todo se combina, alegremente, en ese YO donde convergen personajes tan dispares como auténticos. No se trata de encontrar una definición certera y universal que tranquilice y cierre sino, más bien, del incesante deambular del deseo que nos arrastra, ciegos, tras un imposible.
El YO, entonces, se ofrece como lugar común para esa multitud que el poeta irá citando a comparecer ante nuestros ojos. Nos mostrará hombres y mujeres que, seguramente, nos habitaron alguna vez aunque, como le ocurre al poeta, no sepamos cuál de ellos será nuestro dueño un día.
Podríamos decir que estamos frente a un “yo es otros”. Un extenso catálogo de lo humano donde la verdad es ella y, también, su contrario, en el mismo instante.
Y así, con el alma puesta a florecer “al sonido/ de los tambores libertarios/ del sexo y la locura”, transcurren los 34 primeros poemas del libro, para este YO incalculable. En los dos últimos, la cosa cambia.
En el 35, el YO, libre al fin de otros, rompe la baraja y, con la satisfacción del deber cumplido, concluye: “Yo, mientras tanto,/ seré mi propia creación”.
Una creación, cuyo final ES el final. “Cuando mis manos/ pierdan la alegría,/ morirá un poeta.” Ya dijimos que la alegría era combinar palabras, uno de los dones de la poesía.
Estamos en el último poema, el 36, y debo confesar que me pone carne de gallina, no tanto por recordarme mi destino mortal (que también) sino por la manera en que lo escribe: clara y sin fisuras, directa al corazón.
Pero, dijimos, el sesgo es inagotable y, en el centro justo del drama, creo atisbar en el poeta un toque de ironía. Y es que, después de tanto visitante, no me extraña que especifique:
“Y es una casa limpia/ lo que ambiciono/ para el lejano y cercano/ día de mi muerte./ Una casa vacía,/ sin puertas,/ sin ventanas,/ sin nadie/ que quiera tomar el sol, el aire”
Esto respecto al YO pero ¿qué podemos decir del hombre? Recurro a los últimos versos del poema La muerte del hombre, publicado por Menassa en 1976 y que, a mi entender, continene una definición insuperable de la palabra “hombre”:
“Un poeta asesinó su hombre/ para escribir este poema/ y eso/ es un hombre”.



Cuadro: Miniatura esencial. Miguel Menassa
ACERCA DE UN LÍDER

Cuando conocí a Menassa, a sus 27 años, conocí a un joven lleno de energía, un apasionado de la poesía, del psicoanálisis, del amor, de lo grupal, de lo social, de la historia.
Cercano estaba Mayo del 68 y Buenos Aires y los jóvenes se hacían eco de tan importante manifestación.
Menassa había vuelto de Italia, donde residió una temporada y regresaba con el impacto de haber conocido a Móntale y haber participado de las Juventudes Comunistas en su filial de Milán
En 1969 se gradúa de médico en la U.B.A.
En l970 publica “Los Otros Tiempos”, año en el que acuña el Primer Manifiesto del Grupo Cero y se publica la primera revista Grupo Cero.
Menassa es por sobre todo un poeta, pero también un gran maestro.
Por entonces ya ofrecía y coordinaba grupos de estudios de psicoanálisis y grupos de poesía . En ambos se formaron psicoanalistas y poetas, que publicaron sus trabajos en ediciones Grupo Cero, como María Chevez con Afrotiki.. Hoy la Editorial cuenta con ciento cincuenta títulos
A su vez participaba de grupos de formación y leía como siempre profusamente, Freud, Marx, Lacan, Saussure, Heidegger, Pavese, Mann, Faulkner, Lorca, y una lista interminable.
Entre 1970-1975 participa de varios proyectos comunitarios en relación a la salud de la población y asiste a la Maternidad Santa Rosa, en la sala de pediatría, haciendo hincapié en la relación madre-hijo . En esa experiencia como médico psicoanalista resuelve varios casos donde la enfermedad, el síntoma, regresa en el niño, escuchando, aconsejando o interpretando a la madre, aun en los pasillos de la maternidad.
En 1975 se publica “Yo Pecador”, en un momento que la represión en Argentina iba en aumento, es decir que la gente asistía con recelo o no asistía a los actos públicos y sin embargo Menassa reunió en el Teatro San Martín de Buenos Aires, más de mil personas
Una anécdota curiosa, en este recital, deja un espacio para que lean sus alumnos o mejor dicho integrantes de sus grupos.
Esa es una de las características del carismático Menassa., brinda con generosidad su saber, su conocimiento, su cultura, su amor, su inteligencia.
Su escritura es el resultado de mucha lectura y de todas estas cosas. Infinito amor sobrecogido por la imponente belleza de su letra.
Con Menassa aprendimos que los afectos obnubilan, que la ideología debe ser psicoanalizada, que sin psicoanálisis uno desconoce las posibilidades del ser , que el Yo se construye. Esta certeza de que lo grupal es una máquina deseante productora de deseo y productora de sujetos, tema que ha desarrollado en sus escritos.
En 1976, catapultado a Madrid, no deja de escribir, no deja de psicoanalizar, no deja de enseñar.
Los hombres se juzgan por sus obras y ciertamente un juez no puede dictaminar que Menassa haya trabajado poco o bien, haya sido infiel a si mismo, a su deseo.
Si algo admiro de Menassa además de su inteligencia, es su tesón
Son muchas las frases significantes que resuenan al oído y me acompañan siempre:
- No hay ideas vigorosas sin una infraestructura económica poderosa.
- El sujeto es la riqueza de sus relaciones sociales.
- En una sociedad justa el trabajo es un don.
- Mis ideas no necesitan ni siquiera de mí.
y tantas otras que hacen a este preclaro, prolífico, polifacético personaje .y lo posiciona en el liderazgo de un nuevo campo: Poesía y Psicoanálisis .




Cuadro: Relampago cero. Miguel Menassa

COMENTARIO DE NO VE LA ROSA, DE MIGUEL OSCAR MENASSA
No ve la Rosa, se publica en 1989. Es una obra que se puede leer bien como texto científico, como narrativa, como guión cinematográfico o como texto poético. La maestría de Menassa queda reflejada en esa manera posible de articular diferentes estilos con un nexo común: la escritura en sus diversas variantes. Como texto científico, nos da la posibilidad de estudiar la manera en que se conjuga la sexualidad del hombre y de la mujer bajo el prisma del descubrimiento psicoanalítico del inconsciente. Sus personajes hablan y sienten como cualquier mortal. De ahí que sea fácil la identificación del lector con los mismos, porque nada de lo que dicen o hacen deja de ser lo cotidiano que hay en cada uno de nosotros.
Se puede encontrar en el texto, todo un manual o tratado de las relaciones humanas, condensado en sus 279 páginas. Sorprende por la veracidad de sus afirmaciones y a su vez la delicada manera de expresarse. Texto radiográfico donde podemos ver, a través del mismo, los aspectos más íntimos del hombre y de la mujer, articulados en relaciones que se tejen dentro de la armadura social actual.
No ve la Rosa es una obra atemporal y llama la atención que pasados 21 años, el texto no haya envejecido, porque la dimensión donde se sitúan los personajes es la dimensión atemporal del inconsciente.
Desde el punto de vista narrativo, No ve la rosa podría calificarse como una comedia de enredos, donde sus personajes se entremezclan con la idea de lograr cada uno, objetivos comunes a todos ellos: el amor, la escritura, la poesía.
De No ve la Rosa, se han extraído diálogos para el largometraje Infidelidad y Mi única familia, así como para numerosos cortometrajes. Diálogos concentrados, sólidos, contundentes sobre los cuales se produce toda la acción exclusivamente a través del modo en que están articuladas sus palabras.
Como texto poético, nos encontramos con versos sobre la poética del hombre futuro y encadenado a su única forma de libertad: la escritura. Porque si de libertad se trata, Menassa en No ve la Rosa se abandona a la licencia que le da la escritura: ser un ser social. Circunstancia por la cual debe ser tenido en cuenta como Candidato al Nobel de Literatura.





Cuadro: Nocturno de silencio. Miguel Menassa

COMENTARIO SOBRE EL LIBRO AL SUR DE EUROPA, DE MIGUEL OSCAR MENASSA.

En la portada, dos soldados de rojo fuego custodian una muchedumbre en color siena sobre un fondo amarillo de sol. A sus pies, un águila real, el único animal que puede mirar al sol sin ser deslumbrado. “Os haré volar hasta los confines del mundo, nos dice el poeta, aunque sé que volar es un decir del verso”. El poeta es, como ya ha declarado en otros libros, un cantor sin dueño: “De nadie para nadie y el brillo será eterno”. “No tengo verdades que decir, ni siquiera consignas. No vengo para alistarme en los ejércitos de nadie.”
Menassa es un escritor implicado, en su mano un millón de versos de poetas amigos, de poetas que compartieron su mesa, su cama y sus mujeres, porque amó con ellos, comió con ellos y vivió con ellos.
Cuando el poeta escuchó un verso: Germán Pardo García, Lorca, Tuñón, Girondo, Aleixandre, Vallejo, Aragon, Breton, Nazim Hikmet,... nunca más besó como antes del verso, y de eso sólo podemos saber por su escritura.
Que el poeta que habita este libro pertenece a la Historia de la poesía, de eso no hay duda. “Él no la vio, la quiso y la mató, por las dudas su amor lo encadenara”. Él se encadenó a ella, única posibilidad de libertad.
Nos dice, parafraseando a otro gran poeta, que la verdadera historia de los pueblos es la Poesía. La historia no tiene que ver con ningún acontecer que pueda ser aprehendido por los sentidos, este libro tiene más que ver con la historia que muchos de los libros escritos por historiadores:
“Un misil entra en la boca de un niño pidiendo pan”… Imagen tremenda y universal de la guerra.
¿Quién si no el poeta podría sacar de su posición de victima a esa mujer maltratada y mostrarle su deseo desnudo, despellejado, en carne viva?: Le dice ella a él: “Llénate para siempre de mis gritos de goce con la muerte....Haz como que juegas con mi cuello y rómpelo. Ten un destino, pégame más fuerte, mátame”.
No hay realidad prediscursiva: La mujer yace tendida en el suelo, no late, no respira, tiene un clavel rojo en el costado, y él sostiene el cuchillo aún manchado con su sangre en su mano derecha. ¿Quién podría dudar que él es el asesino? Y sin embargo, Ella, la que nunca morirá, la poesía, se pregunta ¿Quién es el asesino? Este pobre hombre sin destino que sólo desea mi deseo de morir en sus brazos o la pequeña mujer que invade su cerebro cuando me llama puta. ¿Quién es el culpable, quién?
Menassa insiste, el poeta no se vende: Es un amor sin límites le dije al caminante, un amor que alejándose, me quiere en libertad. Libre de pies, de manos, de palabras, todo para el amor. Todo para la escritura.
Menassa es un poeta social, plural, camarada.
Y el escritor necesita la mutación permanente que exige la escritura: “No me deja crecer, me quiere asesinar, me mantiene en palabras anteriores.” Pero algo permanece: es con Poesía, es con Psicoanálisis, es en grupo, es con trabajo, es con permanente transformación.
El poeta no sólo se nutre de todos esos poetas, sino que con ellos inventa lo nuevo, como ese cacique guaraní, que para serlo tuvo que inventar una palabra, pero para ello necesitó tener en cuenta todas las palabras ya inventadas ¿Quién antes de Menassa podría haber dicho: Y cuando alguien pregunte por el cuerpo del poeta, mostraremos una habitación llena de monedas de oro? Quién sino el que algunos han dado en llamar el magnate de la poesía.
Y aquello que leyó no sólo transformó su vida, sino que él se lo mostró a todo el que quisiera verlo, y para ello, ciento veinticinco mil un ejemplares de libertad de las 2001 noches, una Editorial con más de ciento treinta títulos. Y la idea, fuerte por tener esa infraestructura editorial, de que la publicación y la difusión pertenecen al mismo proceso de la Escritura. El poeta lo sabe, el que lee, si ha leído, si se ha dejado leer por el texto, y es grupo, estará condenado, dulce condena, a la escritura. Cientos de poetas creciendo a su lado, y alguno quizá no sufra la mayor de las tristezas: “esos días de la triste cerveza, donde algún poeta pobre, mediocre o muy sentimental, se dio cuenta que en el siglo que viene nadie lo leería”.
“Tirad a las bestias un poco de carne podrida y se la comerán. Y así fue surgiendo en mí, la idea de escribir versos y hacerle escribir versos a la mayor cantidad de gente posible. Tarde o temprano, sólo será posible leernos, estaremos todos muertos” Porque como dice Menassa: La cultura consiste en que el ciudadano pinte, escriba, eso quiere decir: la poesía al pueblo. No sólo que escuchen versos, sino que transformen en versos su propia vida.
Y por eso, deja su testimonio, los hombres futuros podrán decir: Menassa está aquí, no sólo en libro, sino también en CD. Cuando el poeta recita, baila, salta, el brazo se extiende como se extiende la palabra, el brazo es la palabra. Todo el cuerpo vibra al ritmo del poema. Ya hubo implicación desde el principio, y también la hay en la lectura. Y si pocos poetas pudieron leer sus propios versos, este poeta ha podido, quizá porque para ello se precisa no ser aquél que escribió los versos.



Cuadro: Tempestad. Miguel Menassa

LA POESÍA AL PUEBLO
Cuántos poetas populares nos encontramos en nuestros pueblos, gente sencilla que quiere expresar sus vivencias cotidianas. A veces, sin embargo, se confunde la creación poética con el sentimentalismo o la cercanía, la inspiración o la experiencia, con el trabajo y la lectura. Los grandes poetas, trabajadores del verso, dedican su vida a la labor creativa, fundan en ella el objeto de su existencia. Decía el poeta Octavio Paz, la poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. El poeta se salva, a pesar de las horas, a pesar de las dudas, a pesar de la incomprensión, halla en su particular trabajo un fundamento inmortal de su existencia.
Y así, sin escribirlos, escribo versos.
Hay de golpe, cosas, en mis manos, que no son yo.
Hay de golpe, cosas, en el mundo, que no son mi vida.
(La patria del poeta, Miguel Menassa)
Ese no ser yo, esa ruptura entre la experiencia y el trabajo es lo que funda al verdadero poeta, aquél que renuncia a sí mismo, aquél que nos entrega su sangre vertida en las páginas. Como poetas, hay también buenos lectores, forjados en los libros, que saben distinguir la vida del hombre, que cede su existencia al poema, de la historia que los versos reflejan. Hay otros, vírgenes, que aún confunden carne y papel, y quieren ver como en un reality show las miserias personales del escritor.
El cuerpo no sirve para la creación poética, estorba. Es la historia del hombre la que se escribe en cada estrofa. Es el futuro el que se anuncia para aquél que sabe leerlo. Un lector, como un poeta, no nacen hechos. Nada viene dado previamente.
Remar en cualquier dirección tampoco sirve.
La tierra que promete la poesía siempre es la misma.
Se llega o no se llega.
(El verdadero viaje, Miguel Menassa)
La mayoría, tristemente, se queda en la cultura oficial, la de la experiencia, la de los grandes titulares. La mayoría no llega a la poesía. Los versitos no bastan. La poesía requiere la integridad de un hombre sin mirada, tomando los versos de Menassa. Un hombre que desde un lugar u otro, (poeta o lector) inicia su verdadero viaje hacia la verdad. Como decía el poeta Huidobro, que el verso sea como una llave que abra mil puertas.
Soy un humano terrestre, lleno de algarabía,
la luz, que se bebe el futuro para contarlo.
Voz sin ecos, equilibrada voz sin ecos, voz.
(La patria del poeta, Miguel Menassa)




Cuadro: Explicacion innecesaria. Miguel Menassa

MIGUEL OSCAR MENASSA: UN EXPLORADOR DE LA CONDICIÓN HUMANA.

A Menassa se le puede definir como un explorador, conoce los caminos que conducen a pensar la vida de una manera distinta, es decir, que son posibles otras vidas.

Trabajar, trabajamos todos, pero a nadie le nominan como candidato al Premio Nobel de Literatura o le conceden el premio por su trabajo. Para eso hay que tener talento, mente abierta a crecer en algo, deseo de enseñar algo a la humanidad. Y todas estas cuestiones impregnan la obra de Menassa.

“El psicoanálisis, tarde o temprano, ha de recurrir a la poesía, para la poesía no fue necesario”. Frase que pone en circulación uno de los pilares del pensamiento “menassiano” y que él mismo se encarga de desarrollar:
“Primero, poeta, yo también soy escritor y si a un escritor le piden que ocupe la función de Director de una Escuela de Psicoanálisis, es sólo para que su estilo impregne los fenómenos de transmisión. Y para que el estilo que conlleva se ponga ahí, es absolutamente necesario que yo mismo cometa todos los errores y todos los hallazgos de la escenografía”.

Afirma con humildad, sin fisuras “escribo un naturalismo del ser humano, es decir, atraer a la naturaleza al hombre. Todo lo que éste hace de la naturaleza lo acerca a lo humano”.

La lectura de su obra es una conversación constante con el creador donde parece que se debate en una contradicción permanente:
“Sabemos, sin embargo que vivir, siempre es un proyecto delirante. Todo está bien y todo está mal”. “Todo pasado fue mejor, y también, todo pasado fue peor. Estoy salvado”.
Sin embargo, afirma con rotundidad: “el poeta, fiel y empecinado corruptor del sentido/Soldado de lo inevitable/Sombra expectante sobre todo/ El poeta, pequeño niño, no se sostiene sobre sus piernas/ No sabe lo que quiere/ Es arrastrado por el afán social que pesa sobre él, de denunciarlo todo/ Y en cada denuncia, en cada encuentro con la verdad, es todo, vale decir, ninguno”. Justo en la contradicción puede existir una verdad.

Sus palabras son entendidas en cualquier lugar, tocan la condición humana: “¿cómo un hombre hace para desprenderse de sus propias células? ¿cómo un hombre seca de un día para otro su propia sangre? Se pregunta el escritor.

Preguntas para conversar, para pensar donde la palabra, habla de él y también, habla de su interlocutor. Nos dice: “la palabra una especie de confabulación para todos”.

Su obra ha traspasado los umbrales del siglo XX para tener plena vigencia en el siglo XXI. No es casualidad su nominación al Premio Nobel; es el refrendo a un pensamiento, a unas ideas, que en este siglo consagran su compromiso social y, certifican el auge de la poesía como arma de futuro.

Incansable bregador por lo vericuetos del alma humana ya en 1979 escribía:
“Estoy decapitado. Necesito para conversar un hombre decapitado. Un hombre, que tampoco se crea a sí mismo”.

Gracias maestro por mostrar que el mundo pueden ser otros mundos.




Cuadro: El asombro. Miguel Menassa.

MIGUEL MENASSA. UN HOMBRE SIEMPRE DEL FUTURO.

Abrir el libro “La patria del poeta” es encontrarse con el siglo XXI. Ya antes de comenzar el poeta le hace una dedicatoria al siglo XX “in memoriam”, era entonces el año 1991 pero tenía Miguel Menassa la mirada puesta en el nuevo siglo, No te veo morir, te abandono, escribe como final para un nuevo comienzo.
Nos ofrece un camino a seguir por Cifras del ser, Nacimiento del poeta, la vida del poeta, la patria del poeta, murmuraciones del poeta, el adiós del poeta y Predicciones 2000. Es imposible elegir un solo poema de todo el libro, uno lleva a otro y ese al siguiente y así durante todo el poemario donde nos muestra el recorrido en las palabras, por las palabras, resonancias abiertas, huellas en libertad.
Entre la fascinación y el encanto del decir del poeta vamos descubriendo el universo: Intergaláctico y coloquial,/ soy,/ el fin de la locura.
Podemos sentir que estamos en ese limbo de la astronomía, ese contorno aparente de un astro que nos lleva meteóricamente por todas las hojas escritas que han invadido, como estaba previsto toda la vida del poeta. Un viaje sideral infinito. Me debo a mí y, me debo, a todo el universo, nos dice. Apóstol del verbo hace del limbo, lugar donde estaban las almas de los santos y patriarcas antiguos, esperando ser rescatados, un lugar para la poesía, Dios, una palabra para la poesía. Acepciones también como el infierno, la ultratumba y el punto donde van las almas de los que mueren sin bautismo antes de tener uso de razón… las convierte Menassa en satélite de lo humano. Si la muerte no existe, a la vida le opondremos la vida.
Del hombre,
Sólo amo su futuro, sus explosiones.



Cuadro: Hay almas que tienen...Miguel Menassa

MÁS ALLÁ DE MENASSA.

Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán

y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses

dirán que soy alemán y los alemanes que soy judío. A. Einstein

Decir más allá de Menassa, es hablar de la historia de la escritura incluida la historia de la escritura de Menassa, y como Menassa es “el ejemplo vivo de lo que sería la intervención del psicoanálisis en el pensamiento contemporáneo” estará incluida también la historia del psicoanálisis.

No sólo ha pasado por su pluma la segunda mitad del siglo XX sino toda la Humanidad, todas las épocas, todos los sentidos producidos hasta ahora, incluida la manera de pensar la producción de sentidos.

En el pensamiento de Menassa no hay ideas vigorosas sin infraestructura poderosa, por eso que a la idea vigorosa de la poesía, le puso la infraestructura del psicoanálisis, por eso cuando le piden que ocupe la función de Director de una Escuela de Psicoanálisis, la escritura, su estilo, impregna los fenómenos de la transmisión.

Y poesía es , para Menassa, la función poética, función de la escritura, necesaria también en la materialización de las ciencias.

Menassa no escribe ni trabaja para una ética de los poderosos, ni para los maravillosos y perfectos ideales históricamente considerados: el Soberano Bien de Aristóteles, el Bien Supremo de Platón, el bien como valor, el bien como ley, el bien del estatuto útil del lenguaje, la economía de los bienes como acumulación de bienes, etc… sino que los bienes humanos por excelencia son el decir y el dicho, y ambos no son sin escritura. Podemos decir que escribe y trabaja para la ética del deseo estructurado por la ley del significante, para que hombres y mujeres habiten el lenguaje y trabajen para que “haya señas de que estuvieron en este mundo”

No sólo nos enseña a trabajar, a amar y a escribir, también nos enseña a hacerlo incluyendo a los otros, porque “un hombre solitario no existe”, porque un hombre para serlo tiene que poder decir “yo soy la Humanidad”.

En la escritura de Menassa , desde su último libro hasta el primero, presta su nombre al poeta y presta su yo al poema, porque sabe que leer y escribir son oficios que se pueden aprender, y es fundamentalmente un escritor que escribe para ser entendido, para permitir al lector el trabajo de leer.



Cuadro: El confin del tiempo. Miguel Menassa

CARTA DE ADHESIÓN A LA CANDIDATURA
Es la primera vez que al escribir una carta, el motivo, es un regalo social.
El imaginario universal de la poesía, en lengua castellana, lleva detenida diez lustros sobre un poeta que mató a su hombre para escribir una obra que tenemos el derecho a leer.
No hay mejor adhesión que convertirse en lector de la obra de Menassa.
Lo conocí y disculpen, excelentísimos señores del Comité del premio Nobel, que les cuente estos detalles. Estaba leyendo la prensa deportiva en la sala de espera de un consultorio médico, cuando un libro titulado “Un argentino en España” con una carátula de toros y tango resultó ser una receta maravillosa.
Reconozco que nunca había leído un poemario: “…Poesía y mujeres te necesitan./ Los amigos esperamos tus versos./ La ciudad está quieta, esperando.// Y, sin embargo, aquí estoy España,/ para hacerte vivir de mis amores,/ clavo en tu centro, puñales de mi canto”. Aquella lectura me llevó a otros libros que resultaron ser tan diferentes como singulares.
Veinte años después, de aquel inolvidable primer encuentro, recibo la noticia de la candidatura de Miguel Oscar Menassa al Premio Nobel de Literatura para el 2010, y al principio dudé ¿será el mismo Menassa del que yo tengo libros firmados de su puño y letra?
No me costó comprobarlo, en la mesilla de noche siempre me acompaña algún poemario y, efectivamente, allí estaba él con una camisa roja, el mar a sus pies y al fondo un cielo no desprovisto de nubes llenas de color: “La poesía y yo” con una dedicatoria personal.
Ustedes pueden pensar, hace años yo pensaba así, que las emociones pueden generar enajenación mental. Pero un anciano como yo, que se psicoanaliza, aunque de niño apenas visitó la escuela, ha leído algún poema y descubrió que “a viejo se llega si se pasa de algunas cosas, sino, no se llega” Por eso y gracias al autor, la noticia de la candidatura, es un regalo social que la poesía otorga únicamente a los que se acuestan con ella, como dijo de Menassa el poeta Leopoldo de Luis.
Sin embargo la capacidad de emocionarme, ante el acto poético, es tan firme como uno de los aforismos del candidato: “Sin amor no se puede vivir, pero sin algo de crueldad no se puede llegar a viejo”
Por todo ello me adhiero a la candidatura y solicito, otorguen el premio, a Miguel Oscar Menassa.
Para nosotros, los lectores, será un regalo.
Antes del fallo, señores del comité, las canas me autorizan a recordar lo que nos dice el poeta: “Yo no decaeré porque el sexo no cae. Y si mi escritura sigue hacia adelante, se encontrará con un tope: el sexo no cae”
Atentamente
Un jubilado madrileño de 85 años.



MENASSA: EL AMANTE EJEMPLAR DE LA POESÍA


Hace algunos años, lejos de los salones literarios, en un pueblo del Sur de Argelia, un anciano repetía con obstinación antes de morirse:
“ Soy un hombre, nací hace 50.000 años y tengo derecho a la palabra.
Soy un hombre, nací hace 50.000 años y tengo derecho a la palabra…”
Estos versos del poeta Miguel O. Menassa son una muestra más de la dimensión de su poesía: universal, atemporal, compañera de la historia del hombre, su propia historia.
Según Leopoldo de Luis, uno de los grandes poetas españoles de la segunda parte del siglo XXº: “Hay dos clases de poetas: la del que requiebra a la poesía y la seduce con joyas verbales, y la del que se acuesta con ella. Menassa es de estos últimos”.” Es un amante ejemplar de la poesía”. “La poesía es para él un cuerpo amado al cual se entrega y que se entrega a él”. Pero no se trata, ni mucho menos, de un amor monogámico porque esta poesía, producto no de la inspiración sino de un intenso trabajo, la pone en circulación y ella produce a su vez otras combinaciones de palabras, otros poetas.
Leopoldo de Luis subraya también que Menassa no es un poeta narcisista pero un poeta prometeico. El poeta narcisista roba el fuego para alumbrar su propio culto. El poeta prometeico roba el fuego para alumbrar la libertad de los demás.
Proveniente de Oriente y de Occidente, poeta universal, en sus versos se entrecruzan el destino de dos civilizaciones.
Hombre multiple, Miguel O.Menassa es también médico, psicoanalista, editor, pintor, cineasta… Se parece a estos grandes artistas y científicos del Renacimiento, trabajadores incansables, transformadores de la realidad de su tiempo y de la realidad futuro, abriendo para otros nuevos caminos.
Sus primeros maestros fueron las palabras, las letras del tango en brazos de su madre y después vinieron los libros, Freud, Marx, Faulkner, Germán Pardo García, Cesare Pavese y otros grandes poetas.
En 1961 Menassa publica su primer libro, «Pequeña historia», más adelante funda la Escuela de Poesía y el movimiento científico-cultural Grupo Cero, reconocido ahora como uno de los movimientos más importantes de la segunda parte del último siglo cuya principal meta es difundir la cultura donde los estados no la difunden. Con esta fin, funda en 1974 la editorial Grupo Cero, editorial que desde más de 30 años pública sus libros y los de decenas de poetas, productos de los Talleres de la Escuela de Poesía entre los cuales se puede contar algunos de los mejores poetas de la lengua española actual.
La Editorial , desde su fundación ha distribuido gratuitamente más de 13.000.000 ejemplares de revistas de poesía, principalmente la ya mítica “Las 2001 noches ”, y varias de psicoanálisis.
En 1981 funda la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero en Madrid y en Buenos Aires donde la formación de psicoanalistas pasa, por supuesto, por el estudio a fondo de la obra de Freud y de Lacan pero también por la lectura de poetas como Lautréamont, Rimbaud, Artaud y Aragon…
Con estos instrumentos, psicoanálisis y poesía, lee la realidad y la transforma.
"De un ser despedazado hicimos escritura.
Una escritura hambrienta de porvenir,
Libertad a los cuatro vientos,
Amor, loco y vivo, entre las letras.”
Trabajador empedernido, en un mundo melancólico donde reina la desidia produce con su deseo y su trabajo, poetas, psicoanalistas, pintores, amantes de la letra escrita, trabajadores del alma y de la vida, hombres, mujeres deseantes que viven la vida por los cuatro costados transformando permanentemente la realidad que les rodea.

Con la escritura de Menassa, con sus poesía, la mujer que fue durante siglos musa pasiva de los poetas pasa a ser obrera de la palabra, a escribir por fin sus propias palabras, su historia.

A lo largo de estos 40 últimos años salen de la pluma fecunda de Menassa libros inolvidables , entre muchos otros:”Salto Mortal”, “La patria del poeta”,”El amor existe y la libertad”, “El verdadero viaje,” “Llantos del exilio”, “Amores perdidos”, “La mujer y yo”, “La poesía y yo”, “La maestría y yo”, sin contar su prosa, siempre poética: “El oficio de morir”, “La vaca y el moribundo” “No ve la rosa”, “El sexo del amor”, “Aforismos y decires” para el deleite y la enseñanza de un público cada vez más amplio e internacional
“La poesía es una manera fuerte de ser en el mundo. Los poderosos la deforman y la pervierten”. Es una corriente de aire puro para un mundo en decadencia, una nueva manera de mirar la vida de los hombres, de vivirla.
“Si es posible el poema,es posible la vida.”
Una poesía que nos enseña a vivir y a morir, para que la vida continúe.
“Para encontrarse con la muerte
se necesita
haber aprendido algo del amor:
Ni huir. Ni arremeter contra nada.
Aprender a conversar tranquilamente
eso enseña el amor”.
“En el poema, el hombre se entrega totalmente a ser de la palabra. Esa libertad lo convierte en piedra inolvidable, voz inmortal.
La poesía de Miguel O.Menassa, brújula de palabras, nos prepara verso a verso al verdadero viaje.