domingo, 31 de mayo de 2009

RECITAL DEL POETA MIGUEL MENASSA EN CAMARMA DE ESTERUELAS

GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h

-revista virtual-

COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA

NÚMERO - 18- 30/05/09

Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


RECITAL DEL POETA MIGUEL MENASSA EN CAMARMA DE ESTERUELAS. ACOMPAÑADO POR KEPA RIOS, LEANDRO BRISCIOLI, ADRIAN CASTAÑO Y FABIAN MENASSA




sábado, 23 de mayo de 2009

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 23-05-09


GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA
NÚMERO - 17- 23/05/09
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa




Cuadro: El futuro me llama. Miguel Menassa.

RESPETANDO EL SEMÁFORO, SE ME OCURRE

Hay obstáculos en todos los caminos largos.
El tiempo es una cosa escondida bajo la lluvia.
La cólera encandila a los caídos que buscan afecto.
La mano contraria se precipita y vuelca
La dulce espera es un extraño amante que nunca llega.
La convivencia es algo olvidado por los genios
Las pasiones volvieron al hombre huérfano
Todos los árboles caminan a mi alrededor, van conmigo.
Mi padre era un señor y lo sigue siendo, no ha muerto.
Mi madre es una reina que no se mueve nunca de su trono.
No haré todo lo que me falta, porque anhelo que me siga faltando]
Oscuros son los blancos sentimientos de las personas buenas.
Amanece también la noche y soy feliz en las rutas, vuelvo a casa.]
Pronto llegaré y sin embargo cualquier hombre o mujer
podrían desviarme ahora mismo]
Esta memoria insiste en ser la mejor y yo no la reconozco
Todos mis premios, los he guardado en el fondo del océano
Repetir hasta el cansancio aquella hermosa canción
que nunca escuché contigo]
Imitar a los pájaros, andar volando por el cielo
como si fuera un motor perfecto.]
Volver a verte siempre, siempre, siempre.
Parar y comprar alguna tontería para interrumpir
este tiempo interrumpido]
Aguardo la luz verde, continúo
Mi voz no podrá volver, vive en el campo entre los pastos altos.]
Mi vida es toda hoy y sin embargo el pasado me condena.]
Ninguna condena es tonta, es una insignia más del poder.
Alguien se parece a mí, quiere estar conmigo
y yo no se como encontrarlo, ni donde, ni cuando.]
Hay días donde un instante me hace tan feliz, que gozo y esta saciedad moja mi boca con agua fresca, este elixir, transparencias.]
Que voy por un camino que es y no es el indicado.
Frente a la falta de respuestas, el aire que golpea fuerte en mi rostro, llega a vencer cualquier obstáculo.]
Recuerdo las chispas de algún fuego que nunca prendí.
La niebla hace peligrosa toda distancia.
La muerte no canta canciones de amor.
Los amigos, los amores, y los poetas nunca mueren.
Hay cosas que no tienen ninguna patente y sin embargo existen.]
Un escritor es un reloj que adelanta
La muerte de un poeta me hace temblar
Las lágrimas ya no existen para mí
Todo lo que he hecho fue sensacional, aunque….
La vida me gusta vivirla así, inventando siempre.

Lucía Serrano
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Cuadro: El primer día de primavera. Miguel Menassa.


RESPETANDO LOS SEMÁFOROS

Calles bien trazadas, señales claras.
Mira donde pisas, observa los signos
de adelantamiento o detención.
La ciudad florece entre estas máquinas
de la circulación.
Obedezco las marcas
Respeto los colores
y camino a mi aire
siempre
respetando los semáforos.
Doy más vueltas
y sin embargo
no olvido los semáforos.
Instalados en las aceras,
instalados en mi corazón
y en mi mente.

María Chévez
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Cuadro: El bosque invertido. Miguel Menassa


ESPERANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ…

Hoy me quedé mirando, como suspendida
el sol redondo y ardiente del semáforo.
Este rojo pasión, carmesí de humanos líquidos,
bermellón de fuerza subterránea,
coral y fuego, exudación de decapitaciones,
efluvio de las guerras, telúrico granate
de los trabajadores en las galeras de hoy
que son las fábricas clandestinas, los suburbios.
Cinabrio enamorado, labios de rubí sangrante,
rojo telúrico sobre el mapa de mi piel extendida.

Este color insomne del que se tiñen las revoluciones,
elixir que el corazón arroja con pujante vehemencia;
humano lazo a desgarrar por la palabra,
sanguínea complicación, acertijo y enigma de humanos anhelos,
cuando te hierve el rojo,
rojo y gualda de patrióticas banderas,
cuando el pie se adelanta y el disco lo detiene,
porque ahí ya no es sangre, ni labios, ni rubíes, ni bandera,
es un detente Universal, unívoca señal,
por la que cae mi fantasía en rojo,
y la realidad me llama, y me despierta:
y un verde despojado de maleza y esperanza,
me invita a pasar al otro lado del mundo.

Alejandra Menassa

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Cuadro: Amor a corazón abierto. Miguel Menassa.

RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ…

Rojo. Piso suavemente el freno y el automóvil se detiene,
obediente, ante su amo.
Tengo el aire acondicionado a tope,
el calor, afuera, es sofocante,
pero esa brisa artificial me asfixia.
Abro la ventanilla para contaminarme de exterior.
La música sigue sonando, hace rato que no la escucho,
escapé en mis pensamientos a otra parte.
Hace días que me asalta una idea.
Podría aquí y ahora,
frente a este semáforo en rojo,
comenzar por fin.

No tengo ni papel ni lápiz ni ese impulso necesario,
sólo ideas que me martillean y me hacen sentir vacía.
Querer y no hacer.
Impotencia que se traduce en estupidez.
¿Acaso espero tener todo el tiempo del mundo?
¿Acaso una idea emocionante?
La idea ya está, escribir mi primer libro.

El semáforo se pone en verde,
el aire caliente resulta como una bofetada
y el coche que va detrás toca su claxon
despertándome de esta ensoñación sin salida.
Piso el acelerador y el coche arranca,
responde a mi pedido,
quiero ser como él.
Pisar y acelerar.
Pisar y frenar.
Decir y hacer.


Helena Trujillo Luque

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Cuadro: Explosión azul. Carlos Fernández

RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ…

Respetando el semáforo, como un árbol
en cuyas hojas el desierto, la alta marea y la selva
son los colores de la ciudad,
se me ocurrió,
endulzar la espera con un caramelo de café.

Conducir acompañado con palabras y música
amortiguan el peligro de las noticias que
incitan tomar atajos de frente para ser una cifra
del cementerio, el hospital o la cárcel.

Respetando la distancia de llegar lejos,
percuten mis dedos sobre el cuero del manillar
todas las edades del hombre posibles de cumplir.

Casi nunca fui daltónico y el ámbar reconozco
en tu mirada como el azucarado beso del recuerdo.

A veces me sucede que tu sonrisa me entontece, lo sé,
por que me despierta el claxon vecino y, entonces
un verde intenso es el semáforo del deseo, y
tus piernas desnudas acaricio, dirección al infinito.

Carlos Fernández

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Cuadro: Huella feroz. Miguel Menassa.


RESPETANDO EL SEMÁFORO, SE ME OCURRIÓ...

Hay días que un gesto sencillo, intranscendente,
desdibuja el perfil de las figuras,
que escapan de los cuerpos y adquieren
el porte de unos pasos seguros.

Al borde mismo del asfalto, me detengo.
Un círculo incandescente,
rojo como la sangre que ordena mis células
y alimenta mis músculos sedientos
me salva del abismo


Pilar Rojas

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Cuadro: Pájaro de luz. Miguel Menassa.

RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ...

El asfalto quejumbroso sofoca tus últimos pasos.
Frente al semáforo en rojo, la primavera se estampa.
De crepúsculo otoñal están rodeadas las piedras,
tu andar desdice que fuiste infiel, con saludos,
gestos paganos, versos enmarcados
y oro de ti, pudiente mano,
que se acerca como brisa de noche
oculta entre visillos, de florecientes alas.
Los márgenes de mi cuerpo, se doblan.
Entre agua luces, rendija donde el sol
evapora tu sudor juvenil,
de horas desviadas al comercio de tu cuerpo,
en los senderos de mis manos, siempre quietas,
esperando cada gota de limón, enajenado,
siempre invicto de cólera.
Tu y yo, ocultémonos, no hay favor del mundo,
ni nota musical para este amor mínimo.
Me dejo naufragar, despiadado y cruel
Sobre la orilla quieta, desnuda y muda.
Tumbada al sol, con espacios de tiempo,
siempre consigues el color
de amadas palabra cuando callas.

Miguel Martínez

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Cuadro: Efímeras sensaciones. Carmen Salamanca.


RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ…

Respetando el semáforo, se me ocurrió
detenerme en la fiereza molecular
de aquel ojo, encarnado en el asfalto.

Caían tiempos definidos
por el obtuso retroceso de la nada
entre insípidos recuerdos
y resquicios de ausencia bajo la nuca.

Una multitud de pequeños seres
transitaba, con frenesí, lo cotidiano
en un denso peregrinar
sobre huecas efemérides,
lánguidas expectativas
de un futuro imprevisible.
Ebrios de sensaciones inoculadas,
definían especulares rencillas
sostenidas tras los cristales
de fuertes retrocesos invisibles.

A través de las cortinas,
noctámbulos imprevistos resolvían,
entre escaramuzas, breves insignias de valor,
encubierto en el terraplén de la vida.
Detrás de los escaparates,
imágenes inauditas latían como espejismos,
recorriendo dobleces del alma
por el costado indeleble del deseo.

Un viento de inusual entereza
resolvía enigmas persuasivos
entre las hélices de mi corazón.

Al trasluz de tiernas esperanzas,
siempre hacia delante, me vi
rezando, entre dientes, a la diosa fortuna
antes de caer, una vez más,
en la implacable alternancia de su mirada:
ahora verde y, después, vuelta a empezar.

Carmen Salamanca
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Cuadro: Giro de luz. Miguel Menassa.


RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ…

Mirar desde el ángulo de tus ojos
el abismo del viento pasajero
y sus dedos ávidos
hilando el destino consumado.

Emerge el trazo de la espera
sobre el asfalto mojado,
se muere la indiferencia y el aburrimiento.
Observo a la derecha y a la izquierda.
Cientos de rostros buscan el cielo.
Una voz le dice a mi oído
y otros labios le hablan en sueños
del adiós que es un vuelo,
preludio de letanía nocturna y sutil
que ni a mi boca le consuela.

Amo el ritmo sideral de cada paso,
la huella brotando al compás de un verso
y el trapecio encaminado de tu voz
cuando resuena el latido del silencio.

Mónica López Bordón

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Cuadro: Distancias. Miguel Menassa.

RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ…

Que en el espacio abierto de la niebla,
en el crepúsculo sobresaltado del sueño,
la tierra es la materia que recorre mi piel
y escapa entre mis manos.

Tierra que conforma aquellas colinas
que forjaron mi cuerpo,
materia que produce el pan de mi victoria
y el vino de mi canto.

Espuma combatiente de costas pobladas
de acantilados inasibles,
sobresaltos del corazón,
salvando los recodos de esas olas angostas
que golpean las espaldas.

Vivo en esa tierra que me produce,
en la sombra que me determina,
en esa totalidad abrasadora,
pluma estrellada, cóncava identidad,
curvatura del silencio,
rectitud del quebranto,
donde la luz,
es el cántico de la palabra.

Vicente Prada Gómez
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Cuadro: El amante japonés. Olga de Lucia

RESPETANDO EL SEMÁFORO

¡Detente! Refulgió la esfera roja, denunciando el pacto común que organiza]
el pulso de la multitud , el vertiginoso ritmo de la poblada ciudad.
¡Detente! Se clavaron en la acera mis zapatos y una alerta de sonidos
daba luz a los ojos extraviados de los ciegos.
Como la vida misma, entre el principio y el fin, antes de llegar a la otra orilla]
un devenir de direcciones contrarias fluyen vertiginosamente, surcando
níveas rayas horizontales que antes fueron camino de anónimos transeúntes.]
La atención se agudiza desconfiando de posibles asesinos, disfrazados de conductores,]
que arremeten sin piedad, como si los que cruzan confiados
fueran un blanco más en la trayectoria de su odio.
O bien un niño corre tras su balón ofreciéndose al arrollador giro de las ruedas]
imposibilitadas de detener su frenética marcha hacia la nada.
En esta obligada detención que escancia pensamientos, me entretengo en observar]
los rostros de los que como yo, esperan la tan ansiada reaparición del sol,]
preludio del verde que reiniciará la marcha. Como la vida misma.
Los hay de diferentes razas, de caras preocupadas, sonrientes, enamoradas,]
quienes cruzan con tres apoyos, quien se deja guiar por el sonido
y quien cruza en rojo, sorteando entre los coches
la vida que arriesga, como si le perteneciera.
El verde por fin reluce ante mis ojos expectantes.
Vía libre, me dice, y sin embargo controlo los flujos, por si acaso,
algún asesino disfrazado de conductor, quiera arrebatarme la vida.

Olga de Lucia
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Cuadro: Arcoiris. Magdalena Salamanca.

RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ

Hoy me preguntaste por las sacudidas de la vida:
¿Son todos los días así?
¿hondas y profundas ambiciones nos condenan?
o ¿son los labios del mundo, el mañana?

No supe qué decir,
cuando tu miranda se colma de inquietud,
te siento tan ausente…

Te imagino, mientras me hablas,
acercándote desde el horizonte,
montado sobre un caballo azabache
precediendo legiones de hábiles guerreros,
hambrientos de respuestas, que enfundan en sus manos,
perversas interrogantes de curiosidad casi infantil.

Yo, protegida por el asombro de mis alucinaciones,
prosigo la conversación con la sonrisa clavada en tus ojos,
y veo en ellos, centelleantes aspiraciones,
rocambolescas experiencias dilatadas por atléticas pasiones.


Magdalena Salamanca

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Cuadro: El bien y el mal. Miguel Menassa.


RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ

“Donde había dispersión , hay soldadura”
Henri Michaux
Respetando el semáforo se me ocurrió:

Que mejor vivo que muerto.
Que siempre se está esperando algo.
Que el dolor en la vida sobra.
Que mi vecino es a menudo mi lejano.
Que la familia ata y nunca desata.
Que comer es importante pero no tanto.
Que la poesía, un buen día, puede invadir tu vida.
Que no se paga pegando y a veces ni pagando.
Que labrar, sembrar y cosechar son tareas humanas.
Que guerra siempre habrá.
Que le agradezco al sol salir casi cada día.
Que en Dios dejé de creer por filicidio.
Que el verso me subyuga y me arrastra.
Que haga lo que haga moriré un día.
Qué mejor vivir viviendo.
Que un día la vida seguirá sin mí.
Que la alegría del verso
No es a nada parecido.

Así que tranquila crucé la calle
A paso lento.


Claire Deloupy

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Cuadro: Rostro negro. Fabián Menassa

ESPERANDO EL SEMÁFORO PENSÉ…

Homenaje a Almafuerte

Si en vez de las huidizas cebras,
Trazos del negro sobre el liso,
Irguieran férreos barrotes sobre el piso
En esta dócil trampa para ingenuos.

No habrían de rodar menos cabezas
En el camino henchido de asperezas
Sin emociones ya, sin diligencia
Partiendo, flor marchita a otras tierras.

Cual fuente de sangre almidonada y blanca,
No como una vulgar farsa denunciada
Si no, ardid austero de pasar ligero
Espera homicida el conductor mugriento.

Seas el que tú seas, ya lo sabes
A cruzar con cuidado por la calle.

Fabián Menassa

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Cuadro: Leyendo a García Lorca. Miguel Menassa.

RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ

Me deslizo por las alcantarillas de tu voz
hasta la curva izquierda de tu nombre.

Encuentro aristas, detritus en descomposición
y alguna que otra víscera que, más que sangrar,
baña de sentimientos el océano de mi alma.

Un nombre atravesado
se clava en mi esqueleto.

Subo la barandilla y giro en redondo
hasta el bulevar acallado a estas horas
donde la lluvia rompe los espejos.

Plasmo en el cristal voces futuras.

Cierro el cuaderno.
Las hojas amarillas sonríen a mis ojos
cuando contemplo la belleza de su rostro adormecido.

La muerte espera, el odio se desploma,
la salvaje inquietud es una tenue ladera que se extiende
kilómetros y kilómetros y llega ya la paz, la duradera,
la que viene un momento, saluda, se despereza y
dice hasta la próxima, ya nos veremos más adelante, quizás.

Respetando el semáforo se me ocurrió:
que mientras espero que la esperanza vuelva,
que los atardeceres iluminen mis pasos,
ocurren ocurrencias que hay que dejar
al otro lado de la acera y no mirar atrás.

Cruz González Cardeñosa

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Cuadro: Lazos de viento. Amelia Díez.


RESPETANDO EL SEMÁFORO SE ME OCURRIÓ


Respetando el semáforo se me ocurrió
respetar en general mi vida y la de los demás.
Principios generales básicos,
sosteniendo y sostenidos en do mayor
y re menor mientras un sol bemol
acaricia mis palabras cuando la noche arde.
Cuando el mundo no comprende mi agonía
y este amor que me devora es superficie
y las lágrimas de fuego lento eran un duelo
futuro y maldecido, ausente de mí y de mi llanto.
No respetando el semáforo se me ocurrió
raudo como la lejanía cuando te acercas
como la noche cuando agonizo
como infierno y tierra conmovidos
por el fervor de las palabras.
Respetando y no respetando
existe el semáforo como borde
abriendo de par en par el infinito
sueños de estrellas sin fulgor,
sueños de manos amantes del dinero,
sin más ley ni más orden que su mísera
pasión paupérrima, escondida
en el regazo de ningún siglo,
fúnebre y cálida, bajo la curva del dolor
fatídica y trágica, naciendo una vez más.

Amelia Díez Cuesta

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Cuadro: Clamores de olvido suenan. Manuel Menassa




ESPERANDO EL SEMÁFORO PIENSO…

Esperando el semáforo
pienso en este corazón nacido en el mar,
en la soledad de una calle con semáforo
donde las miradas de la gente al pasar
recuerdan la huida del agua a la ciudad,
la presencia del asfalto
y el desamparo de encontrar sólo
edificios gigantescos y calles.


Pienso atarme el cordón del zapato,
no hay tiempo,
se terminó la espera.
La bocina de un coche
sugiere que toda despedida
es un encuentro con la muerte.

Manuel Menassa

sábado, 16 de mayo de 2009

TALLER DE POESÍA SÁBADO 16-05-09



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h

-revista virtual-

COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA

NÚMERO - 16- 16/05/09

Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa






Cuadro: Mujer de sueño. Miguel Menassa


TENGO UNA CORAZONADA

Me encuentro aquí, miradme,
dando los últimos pasos hacia la salida,
vaga noción sin estatuto que podría aludir a la salida de la vida,
o a la salida de la sala
donde el azar imprime su relámpago inaudito
sobre la mano del que juega,
llevado en aras de una profética aventura.

Ayudadme,
vengo cruzando las ásperas planicies con hidalguía sostenida
dejando de lado los inviernos del sur,
y los incontables abandonos que doblegaron un destino de corona
e hicieron de mí un labriego nocturno rodeado de una ciudad sin premios.]
Entre noche y espacio veo desfilar sonidos
que me hablan desde la capital del sueño,
con una voz un poco ronca anunciando el desafío de ser esta vez
una angustia indirecta que atrapa el corazón en un latido espeso.
Hay algo de enemigo en mi certeza, pero encadeno lo amargo
y juego en el temblor el salto que nunca se equivoca,
que nunca se repite,
una estructura de alas que viene de mi alma a proponerse
como la alegoría del lingote de oro,
como un ejército de copas y medallas galopando en mi respiración
buscando derribar al personaje trágico que escapa por mi piel
convertida en alfombra hasta llegar al podio.

Miradme una vez más,
el ángel me toma entre sus brazos y algo del criminal me nutre
y en el vértigo que aleja los quebrantos,
hago rodar como barriles por el suelo,
a los fatigados boxeadores de la vida
mientras mi rostro es cruel y algo solemne.

Norma Menassa
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Cuadro: Impenetrable. Miguel Menassa


TENGO UNA CORAZONADA
(campaña Madrid 2016)

Destreza del hombre
destreza del tiempo
momentos de esplendor y riqueza
en el futuro cercano.
Me veo asistiendo
a los juegos olímpicos
a las competiciones
a los actos atléticos
donde todo es acción.
Piedra y sueño,
Madrid piensa.
Extiende el verano
empequeñece el invierno.
Incontenible la imaginación
se desborda,
junta recuerdos con imágenes nuevas.
Madrid tiene más ilusión.

María Chévez
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Cuadro: Tejido de lujuria. Miguel Menassa


TENGO UNA CORAZONADA

Hace unos días, tengo una corazonada
sobre las próximas olimpíadas,
las que imaginan a Madrid ciudad anfitriona.
Me imagino caminando por las calles,
todo reluce en ese veranito
y yo quiero estar allí.
Faltan algunos años
para que suceda.
Pero desde hoy,
tengo el entusiasmo de lo nuevo,
la ilusión del festejo,
y la humildad de esperar.
Este privilegio te toca a ti Madrid.
Poderosa ciudad,
te darán millones de euros
para ver brillar sobre tu cielo
la antorcha olímpica
Yo tengo una corazonada,
saberme allí cuando esto suceda
y ver como se hacen realidad
tantos sueños dormidos.
¡Vamos al estrellato colosos madrileños!
Festejaremos juntos aunque
las olimpíadas sean cosa de deportistas.

Lucía Serrano
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Cuadro: Sonidos del viento. Fabián Menassa


TENGO UNA CORAZONADA

Ni Tokio, ni Chicago, ni Río De Janeiro
Camino por tus calles de empedrado, diamante legado de brutal imperio,]
Regreso, fugitivo cansado, respiro tus pulmones de hollín en los tejados]
Negros pegasos bajo mis pies para vuelos imposibles, vértigo voraz; ]
Tu cielo Madrid, me mira olímpico con su peso de historia delirante,]
Con su queja de naufragio irrepetible en la garganta ardiente del mediodía]
Y sin embargo, esta vez, el sol padre refleja un brillo especial en tu mirada,]
Un verde, profundo brillo de laurel coronario sobre tu corazón de estación,]
Sobre tu intestino vientre de incansable senda de ecléctico elefante taciturno,]
Sobre tu pecho de suroeste a noreste atravesado por este grito de libertad sobre las nubes]
Donde una hoguera ciega, como de otros tiempos, habla con la noche sus encuentros]
Y a su paso lucen bajo su llama destilada en atávicos mitos ciudades del mundo todo;]
Un verde, profundo brillo de laurel atraviesa a este niño andando en bicicleta confiado]
Mientras sus bolsillos desgastados dejan caer las monedas
por la sembrada senda de los días por venir,]
Ha abierto la caja mágica dónde solo queda ya la esperanza negada por
los dioses a los hombres.]
Fue Hefeso, obnubilado por tu compacta y rica geografía
quien moldeo tu figura de granítica presencia,]
es por eso que tu silueta de antorcha inextinguible
se eleva victoriosa sobre la planicie atardecer de tus collares,]
junto al cauce del río y Atenea besa tu frente encandilada.
Un verde, profundo brillo de laurel se fisiona violentamente
con tu aire continental mediterráneo],
y tus caedizas hojas se engalanan en braquiblastos de orgánica existencia]
Nacen de tus arterias, sauces milenarios tus edificios albergan
el peregrinaje ancestral ]
de las grandes civilizaciones por tu seno ataviado con guirnaldas
de purísimo oro y artemisa,]
Miro tu cielo, Madrid, latir entre las manos de Chronos,
la inevitabilidad de tus tambores]
Tu cielo, Madrid, me mira olímpico, enhiesto,
con su peso feroz de alucinada historia,]
¡Tu cielo,
Madrid,
me mira olímpico!

Fabián Menassa
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Cuadro: Borrascas. Carlos Fernández

TENGO UNA CORAZONADA

Madrid tiene seis letras y, espera
los cinco anillos olímpicos recibir
como la palma de la mano ofreciera
trabajo, juegos y cultura al porvenir.

Las noches en mi tierra aun recuerdan
los cipreses proyectando su sombra
sobre las tapias de la guerra y, una tromba
silenciosa de niños saltando sin comba.

Eran futuros atletas en la pista de tartán:
ágil la niña bonita y el travieso benjamín
escapan por la puerta trasera del jardín
para pintar con tiza en la calle cada carril.

Cada ciudad, es capital, tiene sus muertos
cómo tres colores tiene el metal en el cuello
sobre el podio de la victoria junto al rival.

Tengo una corazonada en el dos mil dieciséis:
confeti y globos sobre el cielo de Madrid
mocitas con pañuelos de chulapa y rojos claveles
en cada esquina un vendedor de barquillos, regaliz
y sonrisas en cada Alberto, Esperanza y José Luís.

Carlos Fernández
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Cuadro: Abismos de luz. Miguel Menassa

TENGO UNA CORAZONADA

Has latido al ritmo de la sedienta calma de la muerte
en tardes apaciguadas por el rumor de manos compañeras.
Horadado en tu cuerpo, autónomo y preciso impulsas,
sin descansar, el hálito que alimenta la carne.
Ni siquiera en el centro, te arrogas el derecho
de encarnar sentimientos, aposturas y escarnios.
Campeón del Olimpo, tu paso esquiva piedras
al compás del rumor que arroja el frío de la carne.
Y sin embargo, tú casi siempre altanero,
a veces te aventuras y tu golpe sobrecoge mi pecho,
y me muero de ganas de comprar corazones al peso
que sostengan pequeñas ilusiones.

Pilar Rojas
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Cuadro: Marionetas del olvido. Amelia Díez


TENGO UNA CORAZONADA
Madrid quiere subir al Olimpo,
bajar a tierra y caminar a marcha
record, llegar a olímpica
en todos sus ritmos.
¡Oh, las Olimpiadas!
Sus inventores los griegos
amaban los cuerpos y las artes.
Sus detractores los romanos
amaban la lucha a muerte
entre gladiadores y prisioneros.
¡Oh, los juegos olímpicos!
Capaces de detener las guerras,
los cristianos consideraron inmoral
su culto al cuerpo y fueron abolidos.
En 1896 un francés recupera sus ideales
y del olivo sagrado hicieron medallas de oro.
Bajo el lema “lo importante no es ganar sino competir”
nace la llama olímpica, la villa olímpica
los juegos televisados.
Y cual dos huracanes contrarios
dejaron de tener poder sobre las guerras
y sus participantes se hicieron profesionales.
Cinco anillos, cinco continentes,
y el cuerpo se hizo carne entre palabras.

Amelia Díez Cuesta
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Cuadro: Amor de madre. Miguel Menassa


TENGO UNA CORAZONADA

Casi ocho siglos antes de que a ti te inmolaran en la cruz
para lavar la culpa que anidaba en los corazones de los hombres
por su único pecado: haber deseado por demás a su madre,
haber abrigado hacia su padre hostiles sentimientos.

Allí, en el santuario de Zeus, cuando el amor era una historia de los dioses,]
Olimpia se alzaba serena y misteriosa entre todas las ciudades,
y los pies de los atletas se llagaban sobre sus calles, dejando
en el empedrado pedazos de su piel.]

La primera prueba fue la carrera, porque correr corremos todos
hacia la muerte, esa dama insomne que nos espera con los brazos abiertos],
porque huir, huimos solamente de nosotros mismos,

Después el lanzamiento de disco y jabalina, quizás
porque Apolo enamoró a Jacinto, el niño más hermoso de la tierra,]
y cuando se cansó -los dioses son crueles en sus caprichos-,
le lanzo un disco que cayó entre sus ojos y segó esa ortiga dorada
que crecía hasta entonces imparable: la vida del muchacho.

Y las luchas cuerpo a cuerpo, porque el hombre también tiene sus tendencias]
a acortar la distancia entre sus manos y la garganta del rival,
y así al menos, en un juego, con límites, abandonará
en el ring a su bestia, y esa noche]
amará a su mujer o escribirá un poema, el odio exorcizado
después de la batalla.]

Se llamaba Pancracia este tipo de lucha, porque cuando dos hombres se pelean,]
suele haber una hermosa mujer luciendo su belleza en sus pupilas.
Y el salto de longitud, porque la vida es eso: saltar obstáculos,
desde un charco en el suelo hasta la muerte,
que cada día nos asalta y esquivamos.]

Y esta Olimpia donde los hombres competían por ganarse a si mismos y a sus]
fantasmas, como una mujer enorme, con sus senos pletóricos,
detenía la guerra, ya no era necesario competir por las tierras, porque se competía]
por ella, para ofrecer a Olimpia , la mujer que cambió cuatro veces su nombre, ]
madre del gran Alejandro Magno, conquistador de Persia, su victoria.

Y el soldado Filípides, que recorrió cuatrocientos años antes de que tú nacieras]
un gran trecho, con el tesoro de su último mensaje sobre la batalla de Maratón,
y el hombre que tiene por costumbre convertir en juego o en mito sus hazañas
para inmortalizarlas, incluyó el maratón entre sus pruebas.

Y hoy Madrid será la sede del Olimpo, se cubrirá de Joyas, y
hermosa cómo es, dejará que Zeus sea esta vez su patrón, desplazado a Neptuno,]
se entregará a los atletas prodigiosos y a los turistas
ansiosos de su sol y de su cielo luminoso, porque esta vez,
aunque no sepamos lo que es eso, todos tendremos corazón,
al menos el instante preciso de alumbrar esa corazonada,
de poner en el pecho nuestra mano, como nos enseñó Doménikos Theotokópoulos,]
griego maravilloso – y otra vez Grecia entrará en nosotros- ,
y con la mano allí, gritaremos: Madrid, mujer hermosa, te entregamos al Mundo,]
para que tú también albergues en tu vientre las huellas de tu olímpica proeza.]

Alejandra Menassa de Lucia
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Cuadro: El abrazo del tiempo. Miguel Menassa

TENGO UNA CORAZONADA

No es fácil encontrarse con un poema.
Las horas pasan rápidamente,
se acerca el final y aún ese vacío.
Testigo de la vida, corazón de las cosas,
te busco, te espero y nunca sé cuándo llegas.

La vida no es fácil si se quiere sentir,
planes o agendas no sirven para tu pulso constante.
Todo escapa a mi control
y tú, pausado, lates en otras vidas, en otras palabras
y te resistes a llegar a mí.

Corro despavorida por la habitación, por el mundo,
desesperada y a los gritos, pregunto a todos
dónde puedo hallarte, dónde se produce la ansiada cita.
Silencio es lo único que encuentro, silencio y bibliotecas
repletas de libros que te contienen.

¿Imbuirme en ellos sin esperar nada?
¿Encontrarte en otros sin sentir envidia?
¿Cómo poesía, vivir esperándote, sin desesperar?

Abrí, sí, miles de libros,
quise agarrarte para mí, para siempre.
Nada pude. Sólo aumentar mi deseo,
latir contigo, aún sin tenerte,
vivir otras vidas a través de las letras.


Helena Trujillo Luque
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Cuadro: Recelos. Miguel Menassa

TENGO UNA CORAZONADA

Tuviste la amabilidad de olvidar
aquella tarde donde se eclipsó nuestro adiós.
Semejantes infortunios dicen de heridas
que no cicatrizan ante la mirada.
Un invierno, sumó desdichas,
incrédulos amaneceres me hicieron despertar de la lejanía.
Fuerzas de extremos, tiraban de mi contradictoriamente,
mientras tu bailabas al ritmo de versos frenéticos.

De azul estaban hechos tus ojos y no había manera
de tener tu último verso, porque suspirabas
inmersa en túnicas de lejanos capiteles.

Sin saber de ti mi propia cercanía,
tuve una corazonada cuando el verde ceniza
se metió en mis ojos.
Me creyeron ciego y durante dos siglos solo pude ver tu voz.
Sentí aquel brioso doncel de manos invitándome
al destierro de mis dudas,
al preámbulo de un nuevo acontecer.
Y sellado el silencio, comenzamos sin rencor.

Esta vez nos sorprendió nuestra Olimpiada.


Miguel Martínez Fondón
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Cuadro: Amores de invierno. Miguel Menassa


TENEMOS UNA CORAZONADA

“A los deportistas les aconsejo apartarse de mi camino,
soy para ellos una luz mala”
Salto mortal, -Segundo Manifiesto-. Miguel Oscar Menassa

¡Oh! Madrid…
¿Qué quieren hacer de ti?
Tú, la valiente que hizo frente tantas veces al invasor
que se sublevó con las manos desnudas contra los Bonaparte
que resistió varios inviernos al cerco de la barbarie.

Madrid malherida y resucitada
Madrid, corazón palpitante
tú que acogiste cálidamente,
como una madre, al Poeta en su exilio.

¿Qué quieren hacer de ti, Madrid?
¿Qué mascarada?
¿Qué carnaval?
Lo que necesitamos son atletas de la palabra
respiraciones invadidas por la poesía
pulsos enfebrecidos por las letras
músculos tensados por los versos.
Que los dioses del Olimpo me perdonen.
Que los dioses del estadio me perdonen.
Que se dopen con palabras, versos, poemas.
Que lleven la antorcha sagrada de la letra de país en país
de ciudad en ciudad.
Que no se salve ni Dios del fuego sagrado.
Hagan con el oro de sus medallas
montañas de libros
millones de páginas
que vuelen por los aires
y recorran la tierra.
Que ningún hombre
quede privado, para los combates de la vida,
de su coraza de palabras
de su espada de versos vertiginosos.
Adiós Chicago…
Adiós Río de Janeiro…
Adiós Estambul…
Madrid es capital universal.
Capital universal de la Poesía
porque cobijó en su regazo
al poeta malherido.
Lo dejó hilvanar,
a la sombra fértil de su pecho,
sus más bellos versos.
Lo dejó crecer vertiginosamente
en la crueldad de su silencio
y él la declaró para siempre su patria.

Ya no se silencia a los poetas, señores.
Ya no se mata a los poetas.
Los poetas son los atletas del porvenir
porque por sus venas corre la sangre del pueblo
porque son el pueblo
porque cada hombre
aunque lo ignore todavía
es un poeta…

Claire Deloupy
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Cuadro: Más allá de la tierra. Manuel Menassa


JUEGOS OLÍMPICOS

La ciudad engalana las calles
desde los hoteles de los comisionados
hasta los estadios donde el atleta compite,
no verás adoquines relucientes en los suburbios
ni pasos de cebra repintados de blanco virginal.

Las manos sucias se estrechan
entre Armani y Loewe,
se firman acuerdos con sudor de tantos,
una boca fiera ataca el bocado arrebatado a otra boca.
Dinero fresco y trabajo temporal, ¡viva la modernidad!

He sentido otras veces
el odio que produce la digestión de la saliva.
Qué mejor atleta que el que realiza piruetas
para llevarse a la boca un mendrugo de pan.

Atletas existen de todo tipo,
prefiero yo cantar al hambriento.

Manuel Menassa

sábado, 9 de mayo de 2009

TALLER DE POESÍA SÁBADOS. 09-05-09



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h


-revista virtual-


COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA


NÚMERO - 15- 09/05/09


Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa






Foto: Fideos al pesto



ODA A LOS FIDEOS CON PESTO

Era la primera vez que llevaría a cenar a una chica.

Camino del restaurante italiano
imaginaba como Luigi preparaba sus fideos,
el aceite, las nueces, el ajo, la sal, la albahaca
y el agua hirviendo dando la bienvenida a la pasta fresca.

Su hambre era la de todos los romanos juntos
pero seguía bajando y subiendo calles
en busca del restaurante de Luigi
donde lo espera una chica y unos fideos al pesto
cuyo sabor inconfundible le recordaban
las manos de su madre muerta.

Que romántico se sentía, llevar a una chica a cenar,
Seguramente le daría un beso en la mejilla,
Si se atrevía le besaría la boca, la boca, la boca…

El muchacho cayó en la cuenta,
o la boca de la amada o los fideos con pesto,
su alma se escindía al entrar por la puerta del restaurante,
dijo para sí:

¡Adiós fideos con pesto, adiós infancia!
Tú, plato salomónico, que juntabas a la familia
alrededor de una mesa, en tu presencia las disputas se olvidaban.
Tú que me has acompañado con tu cuerpo y tu verdor
Los años más dichosos de mi vida, ahora tiemblo
abandonándote por un beso, por un beso.

El muchacho quedó sólo en el restaurante.
Pasaron muchas horas antes de que dudara

si la chica vendría o no a la cita, no llegó nunca.

El muchacho no contuvo su tristeza,
le salvo la idea de comerse
un buen plato de fideos con pesto.
Y así lo hizo.

Manuel Menassa

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Foto: Manitas de cerdo con tomate


ODA A FIDEOS CON PESTO


“Y tu nuevo éxito me embriaga.
Sin embargo, estoy triste,
Porque la proeza engendra la envidia.”
Píndaro
Oda a Megacles de Atenas




¡Oh! Verte en lo más alto, en tu merecido lugar,
días y días, abierto a los vientos.
Zambullirme
júbilo extremo
en tus verbos…

Contigo aprendí a hacer un volcán
dejar reposar las cosas.
Aprendí que las patatas pueden ser modernas
que los cerdos también tienen manos.
Lo imposible aprendí:
a dejar transcurrir el tiempo
a mantener el hervor suavemente
todo el tiempo necesario.

Eres poesía de la vida misma.

Giro entre tus paredes infinitas
del paladar al alma
del alma a la lengua.

Vuelvo de la mina
del despacho
de la trinchera
y aquí estás tú
manjares y música para volar.

Hasta llegar a tu exquisitez
siglos de manos afanosas
de productos de la tierra
de voces trabajadas con empeño y amor.

Cae la noche.
En su súbito silencio surgen
con sabor de humanidad
notas, voces que nos encandilan,
nos pasean aturdidos y felices
por un mundo, múltiple
mientras nuestro paladar,
agradecido,
saborea la vida.


Claire Deloupy
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Foto: Solomillo a la Richelieu


ODA AL SOLOMILLO A LA RICHELIEU

Oculto,
cual regalo
de los dioses,
te escondes
en crujiente envoltura
que se quiebra
con el roce
del acero y apareces:
rosado,
jugoso,
de mórbida textura.
Noble
como tu nombre indica,
tu séquito
perfuma
con olores de tierra
el paladar más regio.
Célebre,
desde tu nacimiento,
sibarita y guerrero,
tu padre,
nos dejó
este legado
que nos hace exclamar,
en honor
a tu digno antepasado:
boccato di cardinale.

Pilar Rojas


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Foto: Carabineros



ODA AL MARISCO CON RIBEIRO

Dedicado al blog “Fideos al pesto”



Quiso el dios de los mares que así fuera:
una inmensa caldera,
la marea salada,
donde toda criatura que de allí naciera
merecía digna suerte
en boca humana.

El dios sol quedó enamorado
y puso calor
en tierra firme sobre lo sembrado
que acompañar pudiera,
en cristal o porcelana, como caldo
lo pescado con redes y recias manos.

La diosa mujer que conoce el secreto del silencio
tejió, durante la espera, palabras a la marinera:
¡señor carabinero, no huya cual cobarde cangrejo
que traigo almejas fresquitas y conchitas para bailar
en la costa de la muerte, la gaita del si quiero.


Carlos Fernández

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Foto: Aceite de oliva virgen

ODA A FIDEOS AL PESTO

Bajo la sombra
de tus olores
niña temprana
yo te besé.

Carne de abril
sudor de septiembre
en tu cintura
el tiempo
deslizaba
sus sonidos.

Mientras espero
que campe la tormenta
acunando a los niños
que están por nacer
te estudio
y me entretengo
en tu sonrisa
de mujer.

Cazuela en mano
fresca la albahaca
molida la nuez
pides aceite
y te doy aire
canto de noche
agua de miel.

Quitas mis manos
de tu cintura
besas mis labios
en un susurro
y dejas caer
la luz de tu trabajo
en el centro
de mi armazón
que se derrama
en hebras de ternura
y sienta
a los pies de la lumbre
presente claro,
cárcamos
de piel futura.

Cruz González Cardeñosa
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Foto: Fideos frescos


FIDEOS AL PESTO

Sol a martillo y trigo bien molido,
sus cíclicos huevos y el cíclico agua
como símbolos de vida y de vigor
y amasar con alegría, con fuerza, con persistencia
con precisión de perenne desembocadura,
estirar hasta el infinito la masa resultante
y cortar tiras, hebras preciosas de luz, de aire y de tierra
de un milímetro y medio de grosor
con precisión de un bisturí de siglos, cubrir amablemente.

Blancos dientes de una cabeza mediterránea y profunda
los olores patrios, solemnes; frescores de la albahaca,
sangre virgen de oliva y la esencia primera del nogal
para esta danza oleosa, pasión de sol y plenilunio,
verde abraza el paladar los montes de mi infancia.

Ha de pedir el agua libertad o compañía,
bullendo maldita tocando el tambor.

Tres minutos de cálido amor
mezclar bien con la salsa a sazón,
comer,
comer con gusto y con devoción

Fabián Menassa


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Foto: La diosa albahaca, verde armonia esencial



ODA A FIDEOS CON PESTO


Cuando llegaste, insípidas praderas
formaban el gusto de esta tierra
anquilosada en la aridez de su propia desidia.

De entre el cárcamo,
extrajiste sólidas revelaciones
para definir la receta de tu victoria.

Estricta combinación de elementos
bajo el dictado de los siglos:

Dos ajos que, machacados,
minimizada su estampa,
perduran más allá de la razón, en el olfato.

Algunas nueces, pequeños cerebros
equidistantes al amor, trituradas
en aislados pensamientos, frases sueltas.

Y ella, verde armonía esencial,
la diosa albahaca, con su ramita de esperanza.

Por fin, el aceite, todo mezcla,
unión de parénquimas oleosas, mixtura esencial.

En el plato, los fideos,
arrogante melena de la tierra,
esperando su definitiva coronación: suculenta
Medusa de vegetal melancolía.

Carmen Salamanca
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ODA A FIDEOS AL PESTO



No sabía que te iba a conocer,
he recorrido el mundo y he girado
hasta encontrar esos fideos
esas infinitas formas del placer oral
Comer es un placer
oral, mineral, descomunal,
tal vez frugal, tal vez pantagruélico.
Insaciable es el gozar,
no importa el pan
cuando la música marca el paso
entrecorta el beso,
suspendido por un instante.
El peso que acontecerá,
no sopesa ni repesa.
Fidáws, Nodus, noodle, hilo,
en mozárabe, latín, inglés, chino,
en la mesa nada importa.
Quien lo sabe, quien no lo sabrá,
más de 4.000 años hace ya.
Entre el fideo y la boca está la pasión.
pasión perdida y encontrada
maniatada por fulgores errantes
exprimida por remordimientos vanos.
Entre el fideo y la música está el amor
amor que vierte sus zumos en mi oído
abierto a penetrantes vibraciones
recorriendo mi cuerpo ahíto.


Amelia Diez Cuesta



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Foto: Tomatitos Cherry


FIDEOS AL PESTO PARA CUATRO PERSONAS
Y CAMARON DE LA ISLA Y TOMATITO


Con fideos y con pesto
se postula esta oda de mucha excitación,
no faltan ingredientes
sólo cuatro dientes y un tenedor.

Camarón se canta en la canción
y mientras los invitados desnudan alguna decisión,
bajo la mesa, ocho inquietas piernas,
saborean con ritmo, la isla del amor.

Platos rotos, manchados de pasión,
bailan con mucho tino
al compás de los flamencos
que no tocan el tambor.

Han venido todos,
han cumplido la misión,
ahora toca abrir la boca
y cerrar el callejón.

Es de la guitarra el ánimo del cantor
mientras los ojos ciegan la desilusión.
Es del alma el suspiro
que enmudece mi corazón.

¡Vamos chicos!
que la mesa está servida,
y en la olla se cocinan
el Tomatito y el Camarón.

Magdalena Salamanca

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Foto: Strudel de manzana


ODA A FIDEOS AL PESTO

¡Oh fideos al pesto!
que a través de tus recetas
dulcificas labios tristes,
alegras corazones,
y alivias la acidez
de estómagos glotones.

Una receta para cada instante:
aguacates con gambas para el amoroso,
solomillo para el suspendido,
cocido para el celoso,
dulce de leche para el arrepentido.
Ah! Y para el incurable,
una receta dietética,
strudel de manzana,
para ingerir en la distancia
y saborear en la dialéctica.

A comer,
acariciar esos platos dulces o salados,
a oler sus fragancias calientes o heladas,
y a dejarse caer en esos cantos del fruto,
que en cada manzana, pasa, garbanzo o ambrosía
nos traen Serrat, Charles, Paul o Paco de Lucía.

Vicente Prada Gómez


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Foto: Cabezas de ajos


ODA A FIDEOS AL PESTO



Fideos al pesto
se cocinan con gusto,
con sabor y con gesto.
Ese gesto humano
que llega cada día
preciso
desde suelo romano.
Italia y su pasta
de árabe glamuroso
con aderezo de música
y cocinero minucioso.
Entre receta y receta
un verso acariciado
con deseos, con sueños
de un cielo
y sus ojos enamorados.
Si en este día no hay tristeza
si te abrazan con pasión
si te tomas una pizza
o saboreas un entrecot
reconociendo
como el mar
el horizonte y su legado
estás viendo a Fideos al pesto
con su strudel de manzana
en el horno cocinando.
Sonrío con tu canto
al tiempo amado
llega un nuevo aroma
con tu próximo plato
y una dulce canción.
A plena luz
se escucha tu voz
de roja pasión
asando cebollas
y pelando un tango
que habla de amor.

Mónica López Bordón
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Foto: Fideos al tuco



ODA A LOS FIDEOS AL PESTO


No puedo evitarlo,
fideos al pesto me recuerda al abuelo
que ni siquiera conocí.
Y a todos los abuelos que se apearon de un barco
“Augusto”, Giulio Cesare…
a principio del pasado siglo.
Llegaban desde Italia
con sus pocos bártulos, buscando trabajo.
La cuna argentina albergó a todos ellos
y su argot se tiñó de italiano.
Nos legaron sus platos, la pasta, la pizza,
el buen cine, su música, sus poetas.
Fideos al pesto, que huelen a albahaca,
afrodisíaco ajo y el fruto preciado
del noble nogal, que promete juventud
emulsionado con saludable aceite.
Fideos y pesto combinado con tuco
y parmesano rayado
compañero inseparable para todo estudiante
que justo de dinero, le sabía a gloria
un manjar bueno compatible a sus gastos.
“Mangia, che ti fa bene", me suena a lejano
mientras la voz de Camarón se desgarra estremecida
interpretando un fandango.

Olga de Lucia
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Foto: Dulce de leche


ODA AL DULCE DE LECHE

Oda al dulce de leche, oda al dulce, oda.
Su sabor intenso que dulcifica mi boca
y estremece mi cuerpo.
Placer tan apasionante, como prohibitivo.
Tantas combinaciones suculentas;
en helado, con crepes, caramelos, pastelitos...
A veces te pareces al sexo, delicioso,
pero practicado con moderación.

No recuerdo el día en que te conocí,
sí algunos intentos fallidos de fabricarte.
Un cazo con agua al fuego y
un bote de leche condensada.
Imitación de algo inimitable.
Españolismo inútil frente al sabor auténtico.

Recuerdo la última vez que te saboreé.
Mi deseo, un crepe con dulce de leche con helado de vainilla.
La realidad, un gran crepe de helado de vainilla
con unas gotitas de dulce de leche.
Empalagoso, hipercalórico y decepcionante.

Tendré que volver a esperar el momento de encontrarte.
Paladear nuevamente tu cremosa textura,
derretirme al tiempo que te derrites en mi boca.
Oh, amante delicioso y extranjero,
no te olvido.

Helena Trujillo


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Foto: Zanahorias enamoradas

ODA A LOS FIDEOS AL PESTO CON ZANAHORIA ENAMORADA



Tu boca, un almizcle que se desvanece entre
las tórridas palmeras de un celeste crepúsculo naciente.
Mar de sueños, primavera enjuta
del tamaño de tus besos.
Cena de rosas envilecidas con vino añejo.
Mientras cocino, un susurro se desvanece,
inquietando a tus pasos desconocidos,
que avanzan como solitario estertor.
Creadora de recetas novelescas,
tu sonrisa me llama.
Advierte que los troncos de dulce hojaldre,
envuelven el candor tibio de tus caricias, con frescor de albahaca.
De vida se narcotizan tus efluvios y tu mirada,- tímida mañana
cálida- que apremia al día tus deseos.
Compadezco ante esta comida los despiertos párpados del amor,
acompañando- esta vez desnudo- los versos fugaces,
de tu frente hecha de nieve.
Enarbolado como nuez moscada que ha de encontrar destino,
rodando como liviana esfera,
que de volar se trata,
cuando alas y plumas juntos de credos
misericordiosos, aúllan un salmo, bendiciendo
el enigma de tus ojos: siete cuchillos unidos
por cada una de tus pupilas luminosas.



Miguel Martínez Fondón
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Fotos: Creppes


CREPPES Y BEATLES


Hoy repararé en mi cocina,
el tiempo vivido, sin ninguna lágrima,
y contra toda suposición, seré inocente.
Recordaré a Jacobo Fijman diciendo:
"en mi gemido conté la soledad envejecida,
conté todas las noches de mis días"
Yo también multipliqué la adrenalina,
y dejé los insultos para los músculos sin orillas.
Hoy cocinaré con ansias, invitaré a mi amigo,
juntaré unos huevos, un poco de leche y harina
Preparé unos creppes redondos como la luna llena,
y haré con ellos una alta torre salada.
Especies y sabores diferentes,
harán un placer a la velada
Será sencillo esperarlo.
Mientras tanto, lavaré la vajilla utilizada sobre el mármol,
Pondré a los Beatles y escucharé esas voces
que como llamaradas golpeaban el alma y sus estallidos.
Cuando él venga, recordaremos a una generación entera,
y nuestra boca tendrá varios sabores que colmarán
los besos que no nos daremos.
A cierta hora de la noche, la música será toda la compañía.
Rojo placer errante, mezclado de a uno en uno, entre estos creppes.

Lucía Serrano


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Foto: Albóndigas con tomate

ALBONDIGAS Y....

Del blanco mantel del mediodía
vienen rodando con destino incierto
sostenidas en la circunferencia plana de los platos
ese amasijo como de noche de panteras destrozadas
de dos especies de animales dignos,
vueltos en proteínas de primera
que no pudiendo estar a solas
se unieron a sabores naturales brotados de la tierra.
Energía inextinguible del ajo y perejil
siempre hundidos en cualquier mezcla inesperada
como fibras blanco-verdes de tallos y raíces
prometiendo la gloria de un sabor inolvidable,
inundando alientos y perturbando besos que se esquivaban
ladeando la cabeza de costado.
Todo estaba allí sobre el tapete
y había que mezclarlos antes del suspendido de la siesta
llamada por el vino que no bebió nadie
porque estaba destinado a mojar el pan duro rallado,
último beneficio del dios bondadoso de los pobres.
El huevo con su valor de cópula y promesa de unión,
puso su manifiesto bicolor y unas manos mojadas
vinieron a modelar perfectas redondeces que cual bolas de billar
venían a brillar sobre el rojo tapete de la salsa
donde el tomate y el ají, junto con la cebolla,
expresaban en el aire volutas de aromas
que inundaban el viejo restaurante de Pasco al 1200
entre el bullicio del invierno al mediodía,
los miércoles sin sol, alumbrados por esa humanidad
de comer juntos albóndigas de carne
acompañadas por las patatas fritas.
El olor a sudor de los obreros subía con el humo de los platos,
impasibles miradas descansaban sobre esa hoja de papel
con manchas de morado donde rezaba
Menú del día: albóndigas y... una voz cantando el tango malevaje.



Norma Menassa
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Foto: Queso mascarpone, de leche de búfala


ODA AL BLOG FIDEOS AL PESTO.
POSTRE DE DULCE DE LECHE CON TARANTELLA NAPOLITANA

Escucho a Rosini en la voz de Carusso,
esta tarantella que se mete en la sangre
con su ritmo de yegua en pleno trote,
el mismo que le imprimen mis caderas
a tus desaforadas, floridas estaciones.

Mientras dejo que las galletas de chocolate,
el fruto del frondoso cacaotero,
alimento de dioses mayas de poderoso efecto afrodisíaco
-cuando se pronuncian sus sílabas en buena compañía-
se empapen en silencio en rico café expreso,
elixir de los monjes capuchinos
que sabían gozar de terrenos placeres, además de sus rezos.

Y ahora el logro de la ciencia culinaria que es el dulce de leche,
se derrama en el plato dejando el blanco tesoro de las ubres
de una búfala en celo: delicioso Mascarpone
manchado para siempre con el color canela de tu piel.

Copulan en el cuenco leche de glándulas nectarias de la argentina pampa]
con la destilación de preñadas búfalas de las llanuras italianas,
al son de mis muñecas poseídas por la tarantella,
y el trote del batir se hace galope al ritmo de Carusso.

Después de colocar las galletas empapadas, mujeres lúbricas
en el recipiente que las espera, las corono sin posibilidad de abdicación,]
con el resultado canela de la cópula, y repitiendo dos veces el conjuro,]
peino la cima de esta planicie conseguida de continentes hermanados:]
la anciana y bella Europa y la creciente y pletórica vegetación americana.]

derramo el dulce que resta hasta cubrirla,
y hago que las nueces traviesas, pequeños cerebritos,
recorran superficies del perenne deseo acontecido entre cucharas.]

Y te dejo que me digas que estoy para comerme,
te dejo que me llames bomboncito, y que me muerdas,
mientras el frigorífico atempera la mezcla,
que ambos devoraremos a nuestro despertar,
para saciar un hambre de otra índole.

Alejandra Menassa


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Foto: Nueces madrileñas



EL COORDINADOR DEL GRUPO, LLEVADO POR SUS AFECTOS, HA DECIDIDO PUBLICAR ESTA VEZ EN EL BLOG



ODA A FIDEOS AL PESTO



Soy Madrileño, por eso no tengo envidia, no tengo, no tengo.

Me la paso todo el día
y por las tardes también
escribiendo y escribiendo
y nada consigo, nada.

Los de la Comunidad
me expulsaron de portada
me imagino, por mis versos
bien escritos y modernos.

Y este fideos al pesto,
con tonterías baratas,
recetas ya conocidas
y una música prestada

ha conseguido escalar
hasta las cumbres más altas,
de la portada, se entiende,
y para mí, nada, nada.

Yo tengo mucha paciencia
y lo seguiré intentando
aunque a la administración
no le importen mis poemas
y tampoco mi dolor.

Miguel Menassa